martes, 20 de noviembre de 2012

El futuro de la humanidad



Este el futuro de la humanidad, el nuevo orden mundial. Este es el futuro de nuestra especie. En la foto falta un humilde y servil hombre blanco sirviendo a la pareja.

lunes, 19 de noviembre de 2012

La mano en el ano

La mano en el ano. Rima y todo. Esto si es una femdom bueno.

Sàdica


Intenté hacer con mi marido lo que ves en la foto de arriba. Pensé que lo mejor era empezar por un nivel bajo e ir poco a poco introduciendo cosas alargadas pero cada vez más gordas y largas. Empecé con esas pajitas que te ponen en los bares para sorber los refrescos y al final conseguí meterle el tacòn de mi zapato.

viernes, 16 de noviembre de 2012

De juerga con mis amigas

Ayer jueves me fui de juerga con mis amigas. Una de ellas celebraba su divorcio. Nos fuimos a cenar, después a un boys, después a tomar la "última", que fueron dos o tres, y allí encontré a un chico que me gustó. Me lo llevé a la cama. Follamos divinamente. Una noche redonda. Me dormí como un tronco, satisfecha. Hacía mucho tiempo que no salía de juerga por la crisis, pero un días es un día. Me desperté sobre las doce, y michico estaba profundamente dormido. Le desperté con unas caricias y pegamos el último polvo. Después se duchó, le preparé un delicioso desayuno y se fue.

Cuando nos despedimos en la puerta con un abeso pasionado y se marchó, cerré la puerta, me senté en el sofá del salón y me quedé absorta por unos minutos.

De repente me acordé: ¡¡¡mi marido!!!

Fue al dormitorio de invitados y allí estaba, desnudo y atado a la cama. Como soy enfermera, la había puesto una bolsa grande de plástico duro y resistente, como la de los goteros pero mucho más grande,con un cañito transparente, que en un extremo le había cortado con un cuchillo, la había puesto sobre el glande de su polla y atado con una goma elástica de hacer extracciones de sangre. Tenía un gag en la boca con una bola roja como esta.

La bolsa de pis estaba casi llena. El pobre llevaba como ujnas quince horas en esa posición. Le costó levantarse pues sus musculos estaban muy doloridos después de tantas horas de inmovilización. Tuve que hacerle masajes en los piernas para que circulara su sangre y se pudiera levantar.

¡¡¡Que despistada que soy!!!

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El tacòn en el agujero de la polla

Ya que parece que adoras mis tacones tanto, veamos como los lames después de que te los he metido hasta el fondo por el agujero de tu polla.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Un vecino colaborador

Hola vecino. Tu mujer me ha dicho que quieres estar en castidad porque tienes una polla pequeña y creo que deberìas saber que yo haré tus deberes conyugales. Ella me ha dado tus llaves para que yo esté seguro que no te la follarás, y si haces lo que te mande, te dejarè correrte de vez en cuando.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Como empezamos

Llevábamos un par de años de casados y unos cuantos anteriormente de novios, cuando Elvira empezó un día a moderme el labio inferior cuando estábamos en los prolegómenos de nuestra follada semanal. Lo hizo suavecito, de tal modo que no lograba distinguirlo de un morreo un poco fuerte. En las siguientes ocasiones, la fuerza con que me mordía el labio fue aumentando, hasta que los labios me quedaban rojos. Yo no dije nada. Pero un día, cuando me estaba chupando la polla, empezó a mordermela. Al igual que con los labios, empezó poco a poco.

martes, 28 de agosto de 2012

Nuria y Pep

Nuria y Pep son una pareja de catalanes que viven en Madrid. Los conocí por un anuncio en internet de parejas que quieren conocer a chicos bisex. Contesté y mandé 3 ó 4 fotos mías en una playa nudista del veranopasado. Ellos me contestaron enviando unas fotos suyas, algunas de la pareja, otras de él o ella, también en una playa nudista. Quedé asombrado con la belleza de Nuria. Era alta, delgada, bien proporcionada, tetas medianas que se mantenían bien en el aire sin caer ni un centímetro para abajo.  Tenìa una carita de ángel que asombraba. Quedamos para el sábado por la tarde en una cafeterìa centra de su casa.

Pensé que si Nuria era tan guapa y sexy, debía tener un carácter de perros. Era como una especie de teoría compensatoria que se me formó en la mente.

Durante los tres días siguientes no podía hacer otra cosa más que pensar en ella. La gente me notaba raro y los compañeros de trabajo me preguntaban que me pasaba. Y el sábado por la tarde ya estaba media hora antes en la cafetería.

Llegaron con unos diez minutos de retraso. Por supuesto que enseguida la reconocí. Agité la mano para llamar su atención y acudieron a mi mesa. Yo estaba tomando una cerveza y ellos pidieron otra cerveza. No quise beber otra para no perder ni un detalle del momento.

Los dos eran sencillos, agradables, simpáticos y de buen carácter.  Me cuesta un poco hacer nuevas amistades al principio, pero ellos dos me lo pusieron muy fácil. Así que pronto me animé y las dos horas de la reunión se me pasaron -- se nos pasaron -- en un santiamén.

Eran cerca de las nueve cunado Nuria propuso cenar en casa de ellos. Por supuesto que acepté enseguida. Y como me habían citado en una cafetería cerca de su casa, fuimos andando.

Su piso era muy pequeño -- sólo un dormitorio -- pero muy bien decorado. Pep y yo cocinamos mientras Nuria se duchaba. Al poco, acudió a la cocina vestida con una bata y unas pantuflas y con el pelo mojado para ver como iba la cena.

Cenamos y después nos fuimos a su cama los tres. Pep me enculó y después yo me la follé a ella. Ya había tenido sexo con un par de parejas antes, pero esta vez fue la mejor.

Cuando acabamos, me fui a mi piso, aunque contento hubiera dormido en el suelo para estar más cerca de ella.

jueves, 23 de agosto de 2012

200 femdom links

  1. 24-7-Sub
  2. Admiration and Submission
  3. Adore Femdom
  4. All Mine
  5. A Spanking Marriage
  6. Assepoester
  7. A submissive journey
  8. A Sweet Aroma
  9. At all Times
  10. At Her Feet
  11. BDSM guide
  12. Bi cuck Dreams
  13. Big cock/little cock
  14. Bird Locker
  15. Black on White
  16. Black Pantyhose
  17. Bkny_bdsm.
  18. Boys Don't Cum
  19. Boytoy
  20. Bratty Bree
  21. Caged and lovin`it
  22. Chaste in a Cage
  23. Chastity and Denial
  24. Chastity Captions
  25. Chastity from Smoking.
  26. Coded Counting Selves
  27. Confessions of a Dominant Wife
  28. Continuous State of Desire
  29. Craving his place.
  30. Cuckold and Hotwives
  31. Cuckold captions
  32. CuckRoboz
  33. Cucktobe
  34. Cuny Lover.
  35. Curious Cuckold
  36. Dana Kane blogspot
  37. Dgenetalia
  38. Dincolodefeminisim.
  39. Domina Yuki.
  40. Dominalova
  41. Dominant Outside, Submissive Inside.
  42. Dominant Women
  43. DragonFly's Hive Mistress of Rohosub.
  44. DrDroy
  45. Easing Into Femdom
  46. Female Domination at Home
  47. Femlover
  48. Femdom Artists
  49. Femdom Marriage
  50. Femdominated
  51. Femdommed
  52. Femdom Sex Slaves
  53. Femdom Spanking Blog
  54. Femdom-sm
  55. Femlover
  56. Florida Subhub
  57. Fun Strapon
  58. Gaius's Blog
  59. GeekDomme
  60. Getting Spanked
  61. Hard little pennis
  62. Her Majestys Plaything
  63. Herrin Domino and Petrushka
  64. Humiliation turns On Me
  65. Hubby Denied
  66. I Adore Women
  67. I Like To Serve My Woman
  68. I'm Begging fot Pegging
  69. In Chastity Future Cuckold?
  70. Interesting Things
  71. Intriguing Chaste Fantasies
  72. I Think I Want to be Domonated
  73. Let's Get Kinky :p
  74. Little Sub Central Gurl
  75.  Locked at 18
  76. Locked by Wife
  77. Locked Cock
  78. Locked up at 18
  79. Love Thy Mistress
  80. Luxslave
  81. Mablo
  82. Male bian sub.
  83. Male management
  84. Male Slavery
  85. Mashydogas
  86. Maternal Discipline
  87. Mature Dominatrix
  88. Miglstrapon
  89. Mistress Goddess
  90. Modern American Marriage general google search- Black on White
  91. Modern American Marriage Images Google Search - Black on White
  92. Moneyspank
  93. MsMarie
  94. Msterg
  95. My CFNM Stuff
  96. My wife is in charge
  97. My Wife, My Goddess
  98. Nacido esclavo
  99. Naughty Things
  100. Naughty Simons
  101. Niknaknoo
  102. No More Pe
  103. No Today
  104. OTK For Me
  105. Peg Me Please
  106. Peg Me Senseless
  107. Pegtastic
  108. Please, keep your slave on a leach
  109. Pornkijkers
  110. Right for the pegging.
  111. Rohosub Hubby of DragonFly's Hive.
  112. Selani
  113. Selina Minx's Musings
  114. Serve All Women
  115. Sexy Kinki Beauty
  116. Shared Wife Captions
  117. She knows what is the best for me
  118. She wear the trousers.
  119. Sissy queer Brenda.
  120. Slave in Training
  121. Small Cock Hubby
  122. Small Cock Humiliation
  123. Solo Solenzo
  124. Spanking (Google Search)
  125. Spanking (Google Images Search)
  126. Strapon Dreams
  127. SubMatt90
  128. Submissive Me
  129. Subservientmale
  130. Sub to my Goddess.
  131. Tease and Denial
  132. Tease and Pleasure
  133. Temple of Mistique
  134. The Dutch Strapon Sissy
  135. The Heart Dark Desires
  136. The Punishment Mansion
  137. Tumblr femdom search
  138. Tumblr Femdom Images Search
  139. Tiny dick cliqué
  140. Tiny white fag
  141. Turtle Cuck
  142. Under her Thumb
  143. Untitled (cum eating sissy boy)
  144. Untitled (jwk106)
  145. Uglimug
  146. Welcome to my kinks
  147. Whisky Frosch
  148. White Cuck Awareness
  149. Willing Submissive
  150. Wife Sharing Fun
  151. Yes, Mistress


sábado, 30 de junio de 2012

Femdom Light

Me llamo Laura y, aunque vivi el Londres desde los 16 años, soy española. Al principio vivía con mi tía, pero después me independicé. Trabajo en una agencia de viajes y hace algo más de dos años conocó a Julio. Lo conocí en una pub y supe que era español porque estaba leyendo la versión internacional de El País. Entablé conversación con él (siempre he sido muy lanzada) y aquella misma noche nos fuimos a la cama. Hasta entonces, nada extraordinario, nada fuera de lo común de mi vida y de la vida de otras chicas de mi edad. Sin embargo, esta relación fue diferente de las demás.

Lo primero es que Julio empezó a seguirme, a perseguirme y a acosarme telefónicamente. Vamos, se hizo el pesado. No es por echarme flores a mi misma, pero como estoy bastante buena, soy extrovertida y simpática, me había pasado lo mismo dos veces antes. En ambas ocasiones no tuve más remedio que ponerme sería, e incluso desagradable y mandarlos a la mierda. Y como tengo un caracter fuerte, no me cuesta nada hacerlo. Es más, en las dos ocasiones, encontré gusto y placer en ponerme borde con ellos. El primero de ellos incluso se puso a llorar. Es increíble pero me gustó hacerle daño.

Pero con Julio fue diferente. Me reuní con él en su casa, le dije que no me gustaba tener una relación seria, y que además, ya estaba teniendo una relación con otro chico, lo cual era verdad. Y entonces me soltó que quería tener una relación femdom conmigo.

- ¿Femdom? ¿Que es eso?
- Femdom es una relación en la que ella es la que manda.
- ¿Eso es como el sado?
- Si y no. Generalmente, el femdom es una relación de convivencia duradera. Muchas parejas femdom son matrimonio, algunos incluso con hijos.
- ¿En que me beneficia eso?
- Bueno, ya se que eres una chica muy liberal y todo eso, pero el femdom es muy apropiado para chicas como tu. Por ejemplo, puedes tener relaciones con otros chicos, pero el hombre no.

Desde aquel momento abrí bien los oidos para no dejar escapar nada. Él encendió su notebook y juntos vimos muchos archivos que él tenía guardados. Cuanto más veía, más me gustaba. Y asi empezamos.

martes, 19 de junio de 2012

El anuncio

Al salir del trabajo a las cinco de la tarde paso por la guardería a recoger a mis dos hijos, Romina de 5, casi seis años y Juan, de 3 años recién cumplidos. De camino a casa, pasamos por el supermercado y compro medio kilo de arroz integral, 1 cabeza de ajos, perejil en rama, mantequilla, un poco de queso, chocolate y pan. Es lo que mi mujer me ha autorizado a comprar. Los niños me piden cualquier cosa atractiva que ven, galletitas de chocolate, caramelos, chuches, etc. Pero yo tengo prohibido comprarles más de lo que está en la lista. Pago en efectivo con el poco dinero que ella me ha dado para realizar esta compra.  No llega a cinco euros lo que me sobra. Al llegar a casa, lo primero que hago es ir a la cocina y poner la caldera de la calefacción en marcha, pues la casa está fría. Cuando voy al comedor, veo que los niños se han sacado los abrigos y yo les reprendo, pues saben que cuando llegamos a casa en el invierno, no deben sacarse la ropa de abrigo hasta que no se caliente un poco la casa. Pero les pongo encima la parte superior de un conjunto de jogging, que es más cómodo para jugar. Los dos se quejan de que tienen hambre. Vuelvo a la cocina y les preparo la merienda. Mi mujer Sara me hace una lista cada noche para las compras del día siguiente. Como sólo tenemos un supermercado cerca de casa, siempre compramos allí todo lo que necesitamos. Todos los días guardo la lista de la compra y me estudio los precios. Guardo los tickets de compra de las últimas semanas. De este modo, por la noche, cuando ella hace la lista de la compra, yo le pongo los precios de memoria, sumo con la calculadora, le añado cinco euros más y se la presento. Ella sólo mira el resultado de la suma y me da el importe redondeando hacia arriba. Al día siguiente por la noche, coteja la lista que hice el día anterior con el ticket de compra. Los sábados por la mañana hacemos una compra semanal en la que adquirimos todo aquello que usaremos en la semana y no es necesario comprar a diario: leche, productos de limpieza, café, vino, cerveza, pescado congelado, conservas, etc. Los sábados por la mañana también compramos lo que vamos a necesitar el sábado y el domingo. Y cada día de lunes a viernes usamos el procedimiento que he descrito para las compras diarias. Sara sólo me acompaña los sábados porque es la única compra semanal que pagamos con tarjeta, o mejor dicho, que paga ella con tarjeta, pues nunca me sacó una para mí.

Hoy vamos a cenar arroz integral con mantequilla, queso rallado y perejil. Los niños cenarán hacia las ocho y cuarto o y media. Nosotros dos hacia las diez. Probablemente le nosotros le añadamos al arroz una lata pequeña de champiñones, pero para los chicos no. En vez de comprar el queso rallado, lo compro en un pedazo y lo rallo yo mismo. El queso resulta así mucho mejor y se funde, junto con la mantequilla, con el calor del arroz recién cocido y se forma una mezcla suave y cremosa que se estira como el queso fundido de las pizzas. Es una cena bastante saludable.

Los niños merendaron el pan con chocolate en un periquete, pues tenían hambre de lobo. Yo me como las pocas sobras que dejaron después de hartarse. Estoy, por orden de Sara, a dieta permanente. Cuando la conocí adelgacé 10 kilos y desde entonces, con mucho sacrificio, me mantengo a dieta.

Después ven un rato la tele. Yo friego el desayuno que Sara me ha dejado en la pila de la cocina y los pongo en el escurridor para que se seque. Con la calefacción se van a secar pronto. Por cierto, la calefacción ya hace su efecto y acudo al salón comedor a sacarles la ropa que les puse antes. Me siento con ellos a ver los dibujos animados. Sara no quiere que la tele sea una canguro de nuestros hijos, así que me obliga a ver la tele con ellos cuando tengo tiempo libre. Cuando ellos ríen, yo fuerzo una risa que no siento, aunque de alguna manera disfruto viéndoles disfrutar a ellos.

Al cabo de un rato me levanto, guardo en su sitio lo que fregué antes y me voy al baño a hacer un pis. Levanto la tapa del inodoro, me bajo los pantalones y las bragas (si, habeis leído bien, uso las mismas bragas que mi mujer) y me siento a hacer un pis. Y me tengo que sentar porque llevo puesto un cb-6000. Si orino de pie, el chorrito se esparce por fuera del inodoro y lo mancho todo. Me siento en el bidet y me lavo la polla para evitar que se quede alguna gota de pis. Vuelvo con los chicos a mirar la tele.


Al cabo de un rato miro el reloj. ¡Dios mío! Ya pasan unos minutos de las siete. Me he dejado llevar por la tele. Voy corriendo al cuarto de baño que está en el pasillo, pongo el tapón y abro el grifo del agua caliente. Al cabo de menos de un minuto ya sale el agua caliente. Vuelvo al salón comedor y vigilo un rato a los niños. Cuando vuelvo, ya está la bañera llena por la mitad. Abro el grifo del agua fría y regulo la mezcla. Vuelvo otra vez con los chicos y les apago la tele en medio de un capítulo de los dibujos. Romina protesta y Juan, que la imita por ser ella mayor, también. Después me suplican a dúo. Pero yo soy inflexible. Tengo que serlo porque tengo unos horarios que cumplir.Yo les desato las zapatillas a ambos, pero no se las saco, Siguiendo intrucciones de mi señora y ama, debo dejar que el resto lo hagan solos, o al menos, lo intenten. Romina acaba enseguida y se mete en la bañera. A Juanito le cuesta sacarse la ropa, sobre todo la de la parte de arriba. Con los pantalones y los calzoncillos acaba enseguida, por lo que pronto está desnudo de cintura para abajo, Trata de sacarse la camiseta de manga larga y el sueter a la vez y por arriba, ya que ninguno de los dos tiene cremallera, pero se atasca y no sabe avanzar. Es cómico verle así, en pelotas del cuello para abajo, pero con la cabeza tapada y atascada en el lío de ropa. Espero pacientemente a que acabe. Le ayudo a sacar los brazos del lío de ropa, pero nada más. Romina se impacienta pues reclama a su hermano que acabe pronto para jugar los dos en la bañera. Por fin emerge la cabeza del niño y queda liberada. Enseguida se mete en la bañera junto a su hermana. Enseguida empiezan a echarse agua el uno al otro, por lo que salpican. Salgo de la habitación y les dejo que juegen durante una media hora. Es lo que tengo ordenado. Sara educa a los nenes en gran parte dándome instrucciones que yo cumplo a rajatabla.

Hoy les dejo un poco menos porque me pasé de la hora. Se que me puedo ganar una regañina por parte de ella, pero lo prefiero a no cumplir los horarios. A las ocho menos veinte, la hora límite, les hago enjabonarse y enjuagarse. Salen de la bañera, se secan, pero yo termino secándoles el pelo pues nunca lo hacen bien.

Van a su dormitorio (mientras son pequeños comparten uno) y se visten con ropa de jogging. Mientras les ayudo a vestirse, sobre todo al pequeño, recibo una llamada de Sara preguntándome como va todo. Le digo que bien, pero ella me nota enseguida nervioso. "Tranquilízate", me dice. "¿Que pasó?" "Nada importante", contesto. "Me pasé un poco de la hora del baño y me retrasé un poco". "Y les tuvistes menos rato en la bañera, con lo que disfrutan." "Si. ¿Hice mal?", contesto. "Bueno, te llamaba para avisar de que ya salgo para casa. A las 8 en punto estoy ahí." Miro el reloy. Son las ocho menos diez. La verdad es que tengo la orden estricta de a las 8 estar los tres esperándola detras de la puerta. Ahora me sobra unos minutos.

Pongo la olla con agua a calentar. La cena es muy fácil de hacer con lo que a las o,30 los chicos van a estar cenando. Y a las nueve a la cama. Voy al baño, escurro el agua, limpio el espejo lleno de vaho, la bañera. Los sabados Sara y yo cronometramos nuestros relojes, así que puedo calcular cuando llega con mucha exactitud. Ella tiene una plaza de garaje reservada en la oficina y nosotros tenemos la nuestra en casa. Sólo tiene que bajar por el ascensor, que a esa hora ya no se usa tanto, subir el coche, salir por la rampa y conducir hasta casa, meterse en el ascensor y ya está en casa. Todo eso le cuesta unos 10-12 minutos, salvo algún problema. Sara llama desde su móvil y me dice que ya sale.

A las ocho menos un minuto estamos los tres delante de la puerta de casa para recibir a Sara. Un minuto más tarde oímos el ascensor que se detiene, la puerta que se abre y entonces, abro la puerta y dejo a los niños que salgan a recibir a su madre.

Ambos la adoran. A mi me quieren, pero de alguna manera, a pesar de su corta edad, perciben quién manda en casa y quién obedece. Y esto les afecta. Y yo hago todo lo posible para que adoren a su madre.

La semana anterior, Romina preguntó porque yo salía antes de trabajar que Sara. Yo le contesté que porque su mamá era una mujer muy importante y que en la oficina nadie trabajaba bien si no estaba ella allí para vigilarles. Ella me contestó que de mayor quería ser una mujer tan importante como mamá. Entonces le contesté que para llegar a ser tan importante, debía estudiar mucho, tanto como su mamá. Cuando se lo conté a Sara, se emocionó mucho.

Sara saluda a los chicos, como es su costumbre, con mucha efusividad y a mi me saluda con algo de frialdad. Los niños se abrazan a ella, ella los levanta de uno en uno y les da un beso, y ellos se la comen a besos. Después me da un corto beso en la boca y me pregunta como me ha ido el día. Le digo que muy bien y le cogo el bolso y lo cuelgo en la percha. Cuando voy a nuestra alcoba a recoger las pantuflas de ella para ponerselas y que se sienta más cómoda, Romina se me ha adelantado y vuelve por el pasillo con las pantuflas de sara en la mano y con una sonrisa de victoría en la cara. Al pasar delante de mi, me saca la lengua, cosa que nunca haría a mi esposa. ¡Maldita niña!, pienso para mis adentros. Sara ya se ha sentado en un sillón y Romina se arrodilla delante de ella para sacarle los zapatos. Sara le dice:

- No cariño. Esa tarea le corresponde a papá.

La niña pone cara de compungida mientras Juan observa la escena. Me arrodillo delante de ella, le desato y le quito las botas de piel con tacones que lleva, y le pongo las pantuflas.

Sara pretende que los niños aprendan poco a poco que yo tengo un papel subordinado, y que yo tengo que hacer determinadas cosas y ellos no. Los niños lo ven todo, lo asimilan e imitan a los mayores con los que conviven, bien sean adultos o niños de más edad. Pero nosotros debemos tratar de evitar que me imiten a mi. Por supuesto que los niños nunca tratarán de imitarme cuando friego los platos o limpio el cuarto de baño, pero en otras actividades en las que les prece divertido imitarme, si lo hacen. Todos hemos visto algún niño coger una escobar e imitar el movimiento del barrido.

Sara se pone a ver la tele con los niños durante un rato y yo voy a hacer mis tareas del hogar. Tengo como una hora para trabajar hasta la hora de acostar a los niños. Me pongo a limpiar el baño de Sara, pues ella exige que la casa esté muy limpia. Hace inspecciones sorpresa a menudo. Y siempre insiste en los dos cuartos de baño y la cocina, las dos habitaciones de la casa que más se suelen ensuciar. Si encuentra la más mínima cosa sucia, me hace lamer el borde de cualquiera de los inodoros o, en ocasiones, de ambos.

Limpio el baño bien a fondo, y después su habitación. En realidad, es nuetra alcoba matrimonial pero ella se la apropió. Si me porto bien y no descubre ningún fallo, duermo en la alcoba de matrimonio pero en el suelo, en un colchón. Si algo no le gustó, a veces duermo en el suelo de la cocina pero sin colchón, arropado con una manta, o a veces en el sofá del salón. Pero eso si, si no descubre nada malo, duermo en la alcoba. Quiero decir con ello que no dependo de su capricho. Después limpio la habitación de los niños. Tenemos otro dormitorio más, pero los niños duermen juntos. Cuando la niña entre en la adolescencia, Juan se irá a dormir al otro dormitorio.

Me pongo a cocinar nuestra cena. Mientras hierve el arroz, acuesto a los niños. Sara está en el ordenador. Pongo la mesa y cenamos. Retiro la mesa, friego, limpio la cocina a fondo y acudo al dormitorio. Sara está tomando un baño. Me siento en el borde de la cama esperando a que  salga para ducharme yo. Cuando sale, le pregunto si me puede quitar la jaulita de la polla. Sin decir nada, se va al salón porque guarda la llave del candado en la caja fuerte. Sara se toma en serio lo de evitar que me masturbe o folle con otra. Pero me escama que se vaya al salón sin decirme nada. Sara no es tan callada. Entonces noto que algo raro le pasa. En realidad me quedó en el inconsciente que estaba distinta desde que saludó a los niños nada más llegar. Pero la consciencia rechaza muchas veces lo que el inconsciente capta. Pero ahora estoy seguro. Tiene algo en la cabeza que no se le va.

Me saca la jaulita, me ducho, me seco y limpio el aparato en el lavabo por si quedó alguna gota de pis. Salgo del baño, y me monto yo mismo el cb-6.000, me pongo el candado y lo cierro. Me pongo el pijama. Sara me dice:

- Guarda la llave en la caja fuerte y ciérrala.

Lo hago y vuelvo a la alcoba. Sara sigue muy callada. Limpio el baño, Cuando salgo, pongo una lavadora que tenderé a la mañana siguiente. Cuando vuelvo al dormitorio, Sara me dice:

- Ven aquí. Tengo dos noticias que darte.

Al tiempo que dcie esto, golpea suavemente el borde de la cama. Me siento a su lado.

- La primera noticia es que estoy embarazada. Otra vez embarazada, dice con un poco de fastidio.

- ¿Quieres abortar?

- No. No me gusta haberme quedado embarazada pero ya que lo estoy, quiero tenerlo.

- Sabes que te apoyaré en todo lo que decidas. Puedes contar conmigo. Lo cuidaré y le querré como si fuera hijo mío.

- Sabía que podía contar contigo, pero me tranquiliza que me lo digas.

Tras una breve pausa, continúa:

- La segunda noticia es que me he peleado con Jimmy por culpa del embarazo.

- ¿Como sucedió?, me atrevo a preguntar.  Sara siempre hizo que le tuviera bastantes respeto.

- Le conté que estaba embarazada y me dijo que aborte. Le dije que no lo iba a hacer y entonces me soltó que no le busque para pagarme la cuota alimentaria y que lo cuides tu. Entonces le dije que habíamos acabado.

- Si actuó así, es que te mereces algo mejor y estoy seguro que pronto lo encontrarás.

- Pero es que yo le quería.

EN CONSTRUCCIÓN

viernes, 15 de junio de 2012

Mi primera vez

Ángela y yo prácticamos el femdom desde que nos casamos hace unos cinco años, pero todas nuestras prácticas habían quedado entre las cuatro paredes de nuestro piso. Realizabamos varias prácticas femdo, que no voy a detallar porque no vienen al caso, pero un día, ocurrió lo que seguramente debió haber pasado hace mucho tiempo: que ampliamos el circulo femdo.

Todo empezó así: un día de marzo Ángela salió con sus compañeras de la oficina a cenar y a un espectáculo de boys semidesnudos. Siempre fue un entretenimiento inocuo. Las chicas se divertían de lo lindo y los maridos nos quedábamos en casa, algunos con los niños, otros como yo sin ellos, pues no teníamos descendencia.

Pero aquel viernes fue distinto a todos los demás viernes anteriores. Normalmente venían a las 2 o las 3 de la noche, pero aquel día Ángela vino cerca del amanecer, pasadas ya las cinco. Siempre la esperqaba despierto,pero en aquella ocasión tardaba más de lo normal. Serían cerca de las cuatro cuando me quedé dormido en la cama con la tele encendida.

- Despierta cariño, soy yo.
- Hum.. ¿que?... ¿que pasa?... Oh, dios mío, me dormí. ¿Que hora es?
- Las cinco y diez. Te traigo un regalito.
- Adivínalo. Te doy una pista. Se puede comer.

En los siguientes minutos me entretuvo un rato: yo decía cosas para comer, como chocolate y otras, y ella me contestaba que no. Cuando se me acabaron las ideas, le supliqué que me dijera que es.

- No, no te lo voy a decir. Vamos a hacer una cata a ciegas.

A continuación, me ató al cabecero de la cama y me vendó los ojos. aquello empezaba a gustarme. Segundos después:

- Abre la boca. Es algo espeso y pegajoso. Te lo voy a dar a probar untado en uno de mis dedos. Tu tienes que adivinarlo.
- Bueno, contesté.

Dicho y hecho. Abrí la boca y ella me puso uno de sus dedos en la boca, la cerré y chupè y relamí su dedo. El sabor no me gustó. No era una sabor agradable. Tenía una consistencia pastosa.

- ¿Adivinas lo que es?
- No. Nunca probé eso. No puedo saber lo que se. ¿Alguna comida china, quizás?
- Te voy a sacar la venda de los ojos porque nunca lo adivinarás.

Cuando pude ver, lo que vi no me gustó nada. Con una mano Ángela me había sacado la venda de los ojos mientras con la otra sostenía un condón con semen. Resulta que ángela había follado con uno de los boys y, cuando terminó, anudó el condón muy suave, lo guardó en el bolso y, cuando vino a casa, me lo dio a probar.

Como continuaba atado a la cama, Ángela me obligó a tragarme todo el resto del semen.

Aquella fue la primera vez desde que estábamos casados que me ponía los cuernos, y la primera que me hizo beber el semen de su amante. La primera pero no la última.

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miércoles, 13 de junio de 2012

Asa Akira ball busting

Asa Akira is a sexy Japanese ballbusting boss who loves to tease and humiliate you!




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Cock biting 2


Enrosco mis blancos muslos alrededor de los suyos como tratando de atraparle para que no se escape, muerdo la base de su polla y sus huevos. Siempre miro para arriba. Me encanta ver su cara de sufrimiento y de dolor. Después le muerdo toda la polla subiendo desde la base hasta cerca del glande. Como postre, pongo mis dientes alrededor de su capullo y le muerdo, poquito a poquito al principio, más fuerte después. A veces estoy más de una hora mordiéndole, primero suavemente, después más fuerte. Cuando muerdo fuerte, siento como primero sus músculos de las piernas se tensan, y después como todo su cuerpo se retuerce. Nunca grita o llora. Aguanta como un macho que realmente es.

Cock biting


Nicole Sheridan.















miércoles, 6 de junio de 2012

Yo soy tu suerte

Jaime y yo nos conocemos durante la ESO en el colegio privado al que íbamos. Al principio no me fijé mucho en él. De hecho, no fue hasta nuestro último año en que empezamos a salir. A mi no es que me gustaba mandar, o al menos nunca lo había notado hasta entonces, pero con mi novio la cosa salió sola, como muy natural. Poco a poco, y casi sin darnos mucha cuenta al principio, hacíamos lo que yo decidía. Yo le preguntaba, él me devolvía la pregunta como diciendo "decide tú" y al final, yo proponía algo y él siempre aceptaba.

Lo más fuerte a este respecto, fue cuando se planteó en nuestras vidas la decisión más importante que teníamos que tomar en aquellos años: ¿que carrera estudiar? Porque se daba por hecho que alguna carrera teníamos que estudiar. Otra opción no se esperaba en nuestro entorno social y en nuestras familias.

Yo le preguntaba y él evadía responder a mi pregunta. Empecé a creer que Jaime quería que yo decidiera por él. Al principio no me lo podía creer, pero poco a poco me convencí. Un día, cuando pasó a recogerme en el coche de su papá, decidí que era el momento de plantear el tema. Él había cumplido los 18 unos 5  6 meses antes, y ya tenía carnet. Yo aún tenía 17, pero por poco tiempo. Era sábado y nos dirigíamos a un chalet con piscina en una urbanización al sur de Madrid, propiedad de los padres de una pareja amiga. Ya hacía calor y llevábamos los trajes de baño. Aunque teníamos mucho que estudiar, yo había decidido ir a ese chalet a pasar el día con esa pareja para liberar un poco las tensiones.

Al subir al coche, dejé pasar unos minutos hasta que salimos de la gran ciudad y una vez en la autovía de Levante, con mi chófer más relajado, le dije:

- Tenemos que decidir que vamos a estudiar. Yo ya lo tengo decidido desde hace un año, pero nunca te he dicho nada hasta ahora porque quería conocer que vas a estudiar tú antes de comunicártelo. No quería decirte nada para no influir sobre tu decisión, pero ya estamos a finales de mayo y tu evitas decirme nada. No se si ya lo has decidido y no quieres decirme nada o, según me parece, quieres que decida yo por ti. Pero no va a anochecer sin que esta decisión quede zanjada. ¿Tienes algo que decir?

Giró la cabeza para mirarme con una mirada inexpresiva, pero enseguida volvió la vista hacia la carretera:

- Las verdad es que, por mucho que quiera, no acabo de decirdirme nunca. Al final, voy a escribir en 4 ó 5 papelitos los nombres de las carreras que creo que me pueden gustar y voy a dejar que la suerte decida.
No podía dejar que eso sucediera:
- De eso nada. Yo soy tu suerte. Vamos a estudiar Económicas, pero no en España, sino en Londres.
Se quedó boquiabierto, pero no dijo nada. Al cabo de unos segundos:
- Pero mi nivel de inglés no es tan bueno como el tuyo.
- Si, y aunque es cierto, tu hablas bastante bien el inglés. Sólo te falta un empujoncito. Y este verano te lo voy a dar. Vas a ir a Londres a someterte a un curso especial de inglés, de esos de inmersión. Ya lo tengo decidido. He encontrado uno muy bueno, donde te garantizan que no irás con personas que hablen tu idioma, en tu caso, el castellano. Habrá gente que hablará francés, italiano, alemán, chino, japonés, coreano o cualquier otro idioma del mundo, menos el español. De este idioma, sólo tu lo hablarás. Así no podrás hablar con tus compañeros y profesores más que en inglés. Además, hay clases dedicadas a varios orientaciones profesionales, y una de las más comunes es la orientación a la economía, dada por economistas profesionales. No son clases de economía exactamente, sino de inglés, pero te enseñarán toda la terminología que una persona que va a entrar a una universidad ya conoce.
No dijo nada. Disfrutamos el día y al anochecer volvimos a Madrid. Durante el camino de vuelta, le pregunté que le parecía ser un futuro economista y me dijo que muy bien, pero que no le parecía tan bien irse a estudiar al extranjero. Su padre le empujaba a estudiar economía o derecho, para cuando fuera mayor, trabajar a su lado en la empresa familiar. Pero yo sabía que a él le pesaba alejarse de su madre. Era un chico inteligente y bastante estudioso, sacaba siempre buenas notas, sin esforzarse demasiado, al límite, como hago yo. Él es el niño mimado de su madre, el único varón entre tres hermanas. Y eso suponía siempre unos pequeños privilegios, que sus hermanas le echaban en cara, tanto a la madre como al hermano. Y sabía lo que pensaba. Le dolía salir de casa, del hogar y del ambiente familiar. Era un chico un poco comodón. Se que iba a echar de menos a su madre, y su madre a él.

Por mi parte, yo siempre me he esforzado al límite de mis fuerzas. Yo también pertenezco a una clase acomodada, soy hija única, pero mis padres siempre me inculcaron la idea del esfuerzo, de la competencia, de la carrera por ser la mejor. Jaime sacaba buenas notas por ser inteligente y porque sabía que su padre esperaba que le sucediera algún día en la dirección de la empresa. Al contrario, mi padre era un alto ejecutivo, puesto que consiguió esforzándose, y mi madre tenía un negocio propio de perfumes y cosmética, que consiguió aumentar desde la pequeña tienda de sus comienzos, hasta convertirla también en un negocio adicional de tratamientos de belleza.

Pero a pesar de ello, Jaime agachó la cabeza (simbólicamente) y me dijo que si. Ese mismo fin de semana le comunicamos a nuestras familias nuestra decisión. Además, la decisión implicaba que íbamos a vivir juntos los dos en Londres, y que los gastos los pagarían nuestras familias a partes iguales.

Primero se lo comunicamos a sus padres, y después a los mios durante la cena. DEspués de cenar, ayudé a mi madre a retirar la mesa (durante los sábados y domingos no teníamos servicio doméstico) y a llenar el lavavajillas. Mamá solía llenarlo el domingo después de cenar, lo ponía en marcha y lo dejaba lleno para que el lunes, la chacha lo vaciase y pusiera cada cosa en su sitio.

Aproveché la ocasión para hablar con mi madre en la cocina. Le conté lo sucedido. Me dijo que Jaime era una oportunidad que no debía dejar escapar. "Sus padres son ricos, él no tiene iniciativa y se deja dominar y tu eres una chica muy decidida. Tengo claro que con dinero pero sin decisión, Jaime fracasará en la vida y en los negocios. Tú puedes evitarlo y, de paso, salir beneficiada", me dijo mamá.

Dicho y hecho. Aprobamos, Jaime se fue a su curso intensivo de inglés, y yo a Jamaica con dos amigas, donde no paramos de follar con negros y mulatos durante todo el verano. La lástima es que tuve que regresar a finales de agosto para ir a Londres a buscar un apartamento para los dos.

Una vez instalados en Londres y asistiendo a clases en la universidad, tenía decidido que Jaime hiciera todas las tareas del hogar. Sólo encontré una manera de hacerlo sin herir su orgullo de macho (por el momento): yo estaba acostumbrada a estudiar horas y horas sin cansarme, pero él, a mi lado y comparado conmigo, parecía un holgazán. Estudiaba, pero pronto se cansaba. Las primeras semanas de convivencia fueron duras. Peleábamos, peleábamos y volvíamos a pelear, una y otra vez, casi hasta el borde de la ruptura. Yo lo hice a posta. Tenía que conseguir doblegar su carácter. Y lo hice. Al final hicimos un pacto, propuesto por mi: él haría todas las tareas caseras y yo, mientras él trabajaba limpiando, fregando, etc., yo estudiaba. Después de cenar, yo le explicaba todo bien explicado. Por ponerlo de una forma gráfica, yo era la mamá pajarito, que masticaba toda la comida, y él era mi pollito en el nido, y yo le daba su comidita todo bien masticadita. Él aceptó con una condición: al mediodía teníamos que comer en la cantina de la universidad. Y así lo hicimos.

Al principio follábamos normalmente, pero poco a poco empecé a exigirle más y más cunilingus, e inluco en ocasiones,  después del cunilingus me negaba a follar con él.

INACABADA

Femdom hasta en las elecciones

Mi mujer es una controladora total. Me controla hasta en mi voto. Cuando hay elecciones, vamos los dos juntos a votar, lo mismo que muchas parejas. la diferencia es que ella se mete en una cabina, mete dos votos en dos sobres, sale, me da uno, y nos dirigimos a la mesa electoral. Por supuesto, ella vota primero. Después yo. Y nos vamos a casa. Nunca le pregunto a que partido votamos, porque no me lo diría: "Métete en tus asuntos" o "No es cosa tuya."

lunes, 4 de junio de 2012

Me encanta atarle los huevos de esta manera.

A mi mujer le encanta que le lama el coño en cualquier lugar. Cuanto más expuesto, mejor. Algún día nos van a pillar.

Me encanta cabalgarle

Me encanta cabalgarle. Es tan erótico.

jueves, 24 de mayo de 2012

Los jueguetes eróticos de mi sub-hubby

Esta mañana le compré a mi esposo una muñeca hinchable y una vagina electrónica, la más avanzada tecnológica que encontré.  Como le obligo a llevar siempre un aparato de castidad y nunca follé con él (para darme placer ya está mi amante, que la tiene bien larga y sabe usarla muy bien), ni tampoco permito que mi marido me vea desnuda, una vez a la semana le voy a dejar que folle con su chica de plástico. Pero siempre delante de mi. Ya le he dicho que si no le pone bastante interés y teatro al asunto, le pegaré con su cinturón. Aunque, la verdad, no se si la amenaza le hace mucho efecto, porque a veces pienso que le gusta que le pegue.

Si veo que le gusta los regalos que le he comprado, cuando no se porte bien conmigo, le castigaré suprimiendo alguna semana de su calendario de folladas. Espero que surta efecto.
Mistress Lisa femdom.

Fotos con texto

Foto con texto.

TRADUCCIÓN: "Escuha, tú eres mi marido sumiso. Tendrás que olvidarte de obtener placer de esa cosa que tienes entre tus piernas. La cuidaré una vez al mes, pero sólo si te portas bien. Si no lo haces, tendrás que obtener placer de las cosas que yo te mando hacer y disfrutarlas. Creo que el año que viene por estas fechas, podrás correte al hacer estas pequeñas cosas que te mando."

Páginas de mi blog adorefemdom de tumblr

Página 409, 408, etc.

Una vida casi normal

De puertas para afuera, Julián y yo tenemos una vida completamente normal. De puertas para adentro, la cosa cambia mucho. Julián es miembro del Consejo de Administración de una gran empresa porque tiene casi un 2% de las acciones. Además de los dividendos que corresponden, cobra un supersueldo como Consejero. Obviamente, gana mucho más de los mil euros al mes :-). Julián apenas trabaja unos pocos días al mes, por lo que dispone de mucho tiempo libre. Yo tengo mi propio negocio, que dirigo yo misma, por lo que me queda muy poco tiempo libre. Tenemos dos empleadas domésticas que limpian la casa, lavan la ropa, la planchan, pero no cocinan, tarea que hace Julián en exclusiva. Yo salgo de casa antes de que lleguen ellas y llego a casa mucho después de que ellas se han ido. Por supuesto, Julián lleva un aparato de castidad, cuya llave guardo celosamente en la caja fuerte de casa, cuya combinación solo yo se. Allí guardo también bastante dinero en efectivo. En realidad, Julián es el rico de los dos y yo puse mi negocio de consultoría financiera de empresas con el dinero que le pedí prestado a mi marido, y que, por supuesto, nunca pago intereses y que, por supuesto, nunca le devolveré. Además, yo controlo sus finanzas, todas sus cuentas bancarias, inversiones, etc. Él también tiene firma, pero le tengo prohibido firmar nada. Yo sola lo manejo todo. Cada día le doy una cantidad de dinero apra sus gastos en efectivo, una cantidad dgenerosa, por supuesto, ya que tenemos que mantener nuestro status social. También tiene tres tarjetas de crédito, cuyos gastos también controlo. Le obligo a llevar una especie de libro diario de contabilidad, donde anota que hace cada día y en que gasta su dinero. Guarda los recibos. Todos los fines de semana los controlo y veo en que se gasta su dinero, bueno, quiero decir, mi dinero.

Al principio de nuestro matrimonio, ni sabía ni le gustaba cocinar, pero yo le obligué a aprender ya cocinar para mi. Otra gente de nuestro nivel económico tiene un cocinero empleado, pero yo se lo dije claro: "Me importa una mierda si te gusta cocinar o no, pero vas a aprender. Así que más vale que hagas creer a nuestros familiares y amigos que eres un cocinillas, que te encanta cocinar, porque si no lo van a ver muy raro, como que no tenemos dinero para pagar a alguien que nos cocine. Tienes que aprender las técnicas, como, por ejemplo, como hacer una témpura o cocinar en el horno. Tienes que aprender a cocinar los platos más internacionales y conocidos, tienes que conocer los nombres de los cocineros internacionales más importamntes, que hacen que restaurante tienen, tienes que simular que te encanta la cocina, que eres un apasionado del arte culinario, siempre que estemos en una reunión social y alguien saque el tema de la cocina, tienes que engancharte a hablar sobre el tema. Te voy a enviar a hacer un curso muy bueno de cocina y. aunque sabes bastante de vinos, también te voy a enviar a hacer un curso de sommelier. Cuando vea que sabes bastante, invitaré a amigos a casa a cenar y tu cocinarás." Y la verdad es que ahora lo hace bastante bien. Por supuesto, muchas veces salimos a cenar a restaurantes de los más caros de la ciudad, a veces solos, a veces con amigos y, en ocasiones, le planteo un reto: que cocine en casa un plato del restaurante varias veces en un mes hasta que logre, por lo menos, igualarlo. Muchas veces invitamos a amigos a casa a cenar para demostrar que cocina tan bien como un cocinero profesional.

Aquí es donde la gente, supongo yo, queda un poco extrañada. Ya sabeis, chicas, que los hombres se arreglan en 10 minutos, y que las mujeres tardamos más. Cuando trabajo, visto con trajes chaqueta, bien con pantalón, bien con falda, cuando estoy descansando en casa, visto de sport, jeans, camisetas amplias y cosas así. Pero cuando voy a cenar a un restaurante o vienen a cenar a casa, siempre visto con elegancia. Esto me sirve, además, como escusa, para que Julián lo prepare todo sin que la gente vea nada raro en mi actitud. Julián pone la mesa, sirve la comida, quita la mesa, pero los platos los deja en la pila para fregarlos cuando los invitados se van. El estar horas arreglándome me sirve como excusa para no poner la mesa y el vestir ropa cara me sirve como excusa para no poner retirarla (¡Por Dios, como voy a arriesgarme a manchar mis ropa tan cara con la salsa!). Por supuesto, cuando estamos solos los dos, tampoco hago nada de todo eso, auque lleve ropa más barata (ropa cómoda, digo yo).

De estos y otros trucos me valgo para conciliar nuestro matrimonio femdom con una vida social aparentemente normal.

martes, 22 de mayo de 2012

Mi matrimonio femdom

Después de un año y pico con Andrés, le propuse matrimonio. Bueno, en realidad no se lo propuse. Durante este tiempo que convivimos juntos, Andrés había sobrepasado con creces mis exigencias. Un sábado por la mañana, le dije:

- Arreglate que vamos a salir.
- Puedo preguntar a donde vamos.
- Si, voy a comprarte un traje de novio para tu boda.
- ¿Mi boda?, preguntó sin entender.
- Si, tu boda.
- Y, ¿con quien me voy a casar?
- Conmigo tonto, dije con una sonrisa.
- ¿Cuando?
- Ya lo tengo todo arreglado. Nos casamos el 15 de mayo, sábado.

Tras una pausa de algunos segundos, dije:

- ¿Algún problema?
- No, dijo.
Y así fue la conversación en que le comuniqué nuestra boda. Me encanta hacer cosas y después, comunicárselas a él. Es como usar al máximo mi capacidad de decisión. De todos modos, él hace lo que yo le mando. ¿Para que voy a comunicarle mis planes. Hago y deshago según mi criterio, y cuando está todo preparado, le comunico mi decisión. Como el día en que le comuniqué la decisión que había tomado. Así deben ser los hombres de verdad.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Every picture tells a story

Every picture tells a story.

The bride & her friends:

No puedo creer que realmente lo hicieras. Invitar a tus amantes negros a nuestra boda, y permitirles que me humillaran continuamente. Todavia peor, flirtear con ellos todo el tiempo. Y aún peor que eso: coger sus pollas delante de todo el mundo, mamarselas a los dos y tragar su semilla sin perder una sola gota, haciendo obvio para todo el mundo que lo has hecho antes miles de veces.

Ahoa estoy muerto, cariño. Todo el mundo piensa que soy un cobarde, un pusilànime. Ahora saben que haces lo que quieres y que yo me lo trago todo. Me han perdido todo el respeto.

Al principio pensè que eras estùpida, porque iba a perder mi trabajo y con èl, el cheque que tanto te gusta. Pero esto sucediò hasta que mi jefa se me acerquò en la boda y que todo cambiarìa para mi a partir de ahora. Por eso, ahora tendrè que trabajar màs duro y durante màs tiempo a partir de que volvamos de nuestro viaje de novios al caribe. Ah, por cierto, ¿sabìas que el caribe està lleno de negros? ¿No serà por eso que te empeñastes en ir al caribe?

Por cierto, le comentè a mi jefa que voy a llevar siempre puesto un aparato de castidad. Ella me ha ordenado que el primer dìa de trabajo, que me presente con una copia de la llave. Que de lo contrario, no me presente sin ella. Dice que quiere tener una copia de la llave para ella.

domingo, 6 de mayo de 2012

Mi nueva vida

Me casé con Tony a los 20. Nos conocíamos del instituto, íbamos los dos al mismo curso. Dejamos los dos los estudios al cumplir los 16, primero él y luego yo. Tony empezó a trabajar en una constructora como ayudante de albañil. Cuando meses más tarde cumplí los 16, empecé a trabajar como auxiliar administrativo. Por las tardes estudiaba administración de empresas. Como ya he dicho, a los 20 nos casamos. Compramos un pisito con una hipoteca del banco. Vivíamos bastante bien, sin hijos, con un sueldo pagábamos la hipoteca y con el otro nos costeábamos la vida. Tony tenia 26 y yo aún 25 cuando la empresa cerró y nos quedamos en el paro.

Al principio no nos desesperábamos, era a mediados de 2009 y pensábamos que la crisis duraría poco. Pero un año después estábamos desesperados. Ninguno de los dos encontrábamos nada. Nos peleábamos continuamente. Aunque aún nos quedaba paro para un par de meses, la situación ya era desesperada. Así que un día tomé una decisión:

- Me voy a hacer puta.

le dije a Tony. Imaginaos la cara que puso. Discutimos el tema, pero yo no me bajé del burro. Era mi cuerpo y no el suyo, argumenté. No estoy dispuesta a perder el piso y todo lo que hemos pagado, le dije. El piso es más importante que yo, dijo él. Pues si, contesté. Y si no te gusta, ya sabes donde está la puerta de mi piso, dije.

Obviamente, no sabía como hacerlo. No tenía contactos. Tampoco quería verme en un club de alterne, en una calle oscura con poca ropa y pasando frío o en situaciones similares. Entonces tenía 26, casi 27, y era una chica guapa y sexy. No tenía que degradarme hasta convertirme en una puta callejera. Quería ser una puta de alto standing. Vamos, una puta cara, con pocos servicios pero caros.

No sabía por donde empezar, pero un día se me ocurrió llamar a mi exjefe, don Anselmo. Más vale malo conocido que bueno por conocer, pensé. Y le llamé a su casa. Y me contestó una voz masculina que me respondió que don Anselmo había fallecido casi un año antes.

El caso es que la voz me resultaba familiar. Y de repente caí.

- Andrés, ¿eres tú?

- Si, soy Andrés. ¿Y tu quién eres? Tu voz me suena mucho, pero ahora mismo no caigo.

- Soy Merche, la antigua secretaria de tu padre. ¿Te acuerdas de mi?

Claro que se acordaba. Una es lo bastante atractiva para que los hombres no la olviden pronto. Además, no había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. Le pedí una cita en un lugar discreto donde poder hablar tranquilamente. Me invitó a cenar. Me invitó a mi, en singular; no nombró a mi marido. Él sabía que yo estaba casada. Acepté la propuesta y en tres horas (¿Tienes suficiente tiempo para acicalarte?, preguntó con sorna) nos citamos en el restaurante que nombró. Por supuesto, un restaurante de lujo. Al menos, voy a sacar una cena gratis, me dije.

Durante la comida hablamos de su padre (murió de un ataque al corazón), de su madre (estaba internada en una residencia con Alzheimer), de la empresa desparecida, de sus situación económica (muy inferior a la de antes pero bastante buena), etc. En este punto presté mucha atención. Sus padres eran muy ahorradores, como hormiguitas. En cada torre de pisos que construían, el viejo se quedaba uno piso para él. En 40 años de trabajo, cuando murió tenía 21 pisos en alquiler. Andrés era hijo único. La residencia de su madre la pagaba con otros ingresos que procedían del patrimonio que ella heredó de sus padres. Como la vieja tenía Alzheimer, ni siquiera le reconocía. Aunque al principio se sentía culpable, dejó de ir a ver a su madre. Como ella ni siquiera le reconocía, era una pérdida de tiempo. Sólo iba una vez al mes o cada dos meses para comprobar que tenía buen estado de salud y que la trataban bien. O sea, que tenía mucho tiempo libre. También hablamos de mi y de mi marido, y de nuestra situación económica. Después de tomar los postres, me dijo:

- Me dijistes que querías hablar conmigo en un lugar reservado. Tu estás casada, pero el único lugar reservado que tengo es mi casa. Si aceptas, vamos a mi casa a tomar una copa. Si no aceptas, podemos hablar en mi coche.

Fuimos a su casa. Allí le conté mi plan. Se sorprendió. Después me dijo que siempre le hubiera gustado acostarse conmigo, que yo era una de las personas más sexys y deseables que conocía. Déjame pensarlo aunque sea 24 horas, dijo. Dame el número de tu móvil y mañana te llamo.

Al día siguiente me llamó. Quedamos en su casa.

- Quiero hacer un trato contigo, pero yo pongo las condiciones. Quiero exclusividad total, no tendrás otro cliente más que yo.

- Bueno, pero está mi marido...

- Tu marido tampoco.

- ¿Y como vas a impedir que folle con él?

Se levantó  y me dijo que le siguiera. Fuimos a otra habitación donde tenía un ordenador y lo encendió. Puso en marcha el navegador y tecleó en Google "CB 6000". Las imágenes que vi me asombraron. Aquello era una especie de cinturón de castidad para hombres, para mantener la polla cerrada con un candado.

- Con esto mantendré a tu marido alejado de tu coño. Bueno, en realidad, de cualquier coño. Ni siquiera podrá masturbarse. Por supuesto, yo tendré la llave del candado. Sólo yo podré quitárselo.

Me quedé unos minutos reflexionando. Todo esto era ir mucho más lejos de lo que yo tenía pensado. Ni siquiera iba a poder follar con Tony sin permiso de Andrés. Pero por otra parte, me intrigaba esta propuesta. Desde luego, no podía dar una respuesta enseguida. Tenía que pensarlo. Pero antes tenía que negociar la parte económica de la propuesta. Y por otro lado, no estaba dispuesta a cambiar la exclusividad sexual con un hombre con la exclusividad sexual con otro.

- Esto te va a costar muy caro.

- Ni lo sueñes. No puedo pagar más de 2.000 euros al mes.

Esto si que era sorprendente. Sólo quería pagar una cantidad mínima.

- No estoy dispuesta a cambiar la exclusividad con mi marido por otra contigo. Eso, al menos, debería valer unos 10 mil euros al mes.
-Yo te he dicho de ser tu único cliente, no de ser tu único amante. Son dos cosas muy diferentes. Mira, por ejemplo, yo tengo un amigo negro. Es inglés y vive en Londres. No le he visto nunca en bolas, pero según dicen, todos los negros la tiene enorme. Podríamos invitarle  pasar este verano con nosotros dos, Yo tengo un pequeño yate, no es gran cosa, un velero antiguo. Tengo el título de capitán de yate y navego bastante bien. El verano se acerca. ¿que te parece pasar julio y agosto con tres hombres a tu disposición, uno para limpiar y cocinar, otros dos para follar? Y todo esto mientras cobras 2.000€ al mes.

Recordé que don Anselmo hablaba mucho del yate. Y la propuesta era muy tentadora.

Seguimos negociando. Al final acordamos 2.500€ al mes, que era un poco superior a lo que Tony y yo cobrábamos cuando entre los dos cuando trabajábamos para su padre. Andrés uso el argumento de que de puta podía conseguir mucho más, pero no era lo mismo verse obligada a follar varias veces al día para conseguir 5 mil euros al mes que follar cuando quisiera. También le saqué dinero extra para comprame algo de ropa y renovar mi vestuario. Me prometió 10 mil euros. Acepté.

Y pasé un verano de puta madre.

Manuel

Manolo se enamoró de mi. Sus padres eran ricos y, según todos los hombres que conozco, yo estoy rica, como para mojar pan. Yo, por supuesto, no estaba enamorada de él, pero cuando me pidió salir juntos, le dije que si. Tenía casi treinta años, y podía quedarme para vestir santos, como decían antiguamente. Después de un año, me pidió matrimonio y, a pesar de sus escasas cualidades físicas (ya os podéis imaginar a que me refiero), le dije que le ponía una condición

- ¿Cual es?
- No me fío de los hombres, de ningún hombre, ni de ti ni de nadie. Me he acostado con muchos hombres casados como para fiarme de ninguno. Venden un pequeño aparatito que lleva un candado y sirve para evitar que tu hombre te engañe.

Conecté el ordenador y le enseñé imágenes de internet de dicho aparato. Quedó asombrado.

- Esta es la única condición. Ya vez que fácil.

Evidentemente puso pegas. Yo se las aclaré todas. Se puede hacer pis con él puesto, se puede bañar, si el candado, por la acción del agua empieza a ir mal, se le cambia por uno nuevo que se compra en una ferretería. Como él insistía en este punto, al final y para vencer cualquier resistencia, le dije:

- No te duches o no te bañes con él. Toma la ducha cuando yo esté en casa y te lo quitaré para que te duches y, después, te lo pondré otra vez.
- ¿Tengo que llevarlo puesto también cuando esté en casa?
- Si, porque se me puede olvidar ponértelo antes de salir.

Manolo buscó la última excusa:

- ¿Y si se pierde la llave?
- Viene con tres llaves. Y el candado se puede cambiar por otro antes de perder la última llave. En casa vamos a poner una pequeña caja fuerte, y guardaré una llave en ella.

Ya no aguanté más:

- Esto es como las lentejas: o las tomas o las dejas. Tu decides. Pero yo no voy a cambiar de opinión.

Y tan enamorado estaba de mi que se decidió por el si.

Ni durante la boda ni durante la luna de miel le obligué a llevarlo puesto. Era una tontería si iba yo a estar presente. Pero en cuanto llegamos a casa después de regresar de nuestro viaje al caribe, se lo hice poner. Le obligué a ducharse y después, se lo puse yo misma. Me miraba con ojos de cordero degollado, como queriendo darme lástima, pero yo no me dejé engañar por sus lágrimas de cocodrilo que salían de sus ojos y rodaban por sus mejillas. Durante los siguientes días, me aseguré de que la polla se podía limpiar bien sin necesidad de sacarla de su jaulita. Y vi que era así.

Unos días más tarde, llegué a casa un poco más tarde de lo habitual pero bien acompañada. Iba con Juan, uno de mis antiguos amantes. Manuel me miró con cara asombrada. Acompañé a Juan hasta nuestra alcoba matrimonial, le dije que me esperara un minuto. Volví al salón donde estaba Manuel aún con cara de asombro.

- He venido con un amigo. Vamos a follar en nuestra alcoba de matrimonio. Procura no molestarnos.

Y volví a la alcoba ante la cara asombrada de mi marido. Durante unas tres horas estuvimos retozando en la cama. Cuando salimos, ya eran las once de la noche.

- Manu, ¿nos has preparado algo para la cena?
- No.
- Cariño - dije dándole un beso en la boca - pide una pizza para tres.

Yo había decidido de antemano portarme de un modo cariñoso con mi marido. Nunca hablamos del tema. Simplemente yo hacía lo que me daba la gana. Por nuestra cama de matrimonio no sólo pasó Juan, sino también otros dos más- Manu nunca dijo nada sobre el tema. Y como no sacó el tema a relucir en nuestras conversaciones, yo tampoco. Este mes de mayo de 2012 se han cumplido cinco años de nuestra boda, y ahora soy de verdad feliz.

PD: poco a poco fui obligando a Manu a hacerse cargo de todas las tareas del hogar. Aprendió a cocinar y lo hace muy bien. Estoy feliz a su lado.

lunes, 23 de abril de 2012

Mi cuñadita

Myra tenía 14 años y era una preciosidad de adolescente. La conocía desde que mamaba de las tetas de su madre. Desde jóvenes, Adela, mi mujer, y yo éramos novios, y ahora, cuando ambos teníamos 30 (nacimos el mismo año, fuimos compañeros de instituto e íbamos al mismo curso), mis suegros nos habían invitado a compartir un departamento grande en la playa. Éramos 6: los dos matrimonios, Mira y mi cuñado de 19 que hacía vida aparte. Ya sabéis, salidas nocturnas, discotecas, levantarse tarde.

Adela y yo no teníamos hijos y ambos trabajábamos, pero nuestro poder adquisitivo no era muy grande. Ya os lo imagináis: dos sueldos mileuristas y una hipoteca por pagar que se comía uno de sueldos. Afortunadamente, estaban las dos pagas extras completas, con las que reuníamos unos 2.000€ extras que, sin embargo, no nos permitía alquilar un departamento en la playa en el mes de agosto. Hubiéramos podido alquilar por una quincena, pero nuestros suegros encontraron otra solución mejor: alquilar a medias un apartamento que le había ofrecido un compañero de trabajo con dos dormitorios dobles y uno individual. El hijo dormiría en una sofá cama en el living. Mirándola con lupa, la oferta tenía algún inconveniente, como por ejemplo, sólo había un cuarto de baño o no tenía plaza de garage para ningún coche, pero decidimos que todo tenía solución. Lo del baño se arreglaba con paciencia y ecuanimidad a la hora de usarlo, y lo del garage lo solucionamos alquilando una furgoneta para trasladarnos hasta la localidad costera y que después devolveríamos a la empresa de alquiler de coches en la cercana ciudad de Alicante .

Mi mujer era guapa y sexy, pero su hermana Myra era un bellezón. Además era una auténtica Lolita: buscaba siempre la manera de provocar a los chicos pero especialmente a los que tenían bastantes años más que ella, entre ellos yo. Todo había empezado unos meses atrás. Adela y yo teníamos la costumbre de ir a cenar a la casa de sus padres, y allí, cuando se le presentaba la ocasión de estar a solas conmigo (su padre dormía todos los días la siesta y su madre y Adela solían charlar), solía conducir de algún modo más o menos casual al tema del sexo. La mayoría de las veces eran estupideces, como el vestido sexy que se había comprado una compañera del instituto y me enseñaba una foto de dicha compañera en su móvil con el vestido sexy. Myra no tenía ningún complejo de hablar conmigo sobre ese tipo de temas y a veces la conversación subía de tono y aunque parezca increíble, en un par de ocasiones yo me calentaba y llegaba a la erección, con el consiguiente problema cuando aparecían por la habitación mi mujer con su madre. ¡Imagínate estar empalmado y tu mujer te dice que es hora de irse a casa! Estas sentado a la mesa y por lo menos allí puedes esconder la erección, pero si te levantas, todo el mundo lo va a notar. Y Myra siempre la notaba.

Ya sé que es difícil de creer que un adulto de 30 años se empalme con tan sólo una conversación con una chica como si fuera un adolescente, pero a mi me pasó una media docena de veces. Recuerdo que en una de esas ocasiones entró mi mujer y yo le dije que era muy pronto para irse. Ella se dio media vuelta y sin decir una palabra, volvió con su madre. Entonces se me ocurrió la estrafalaria idea de levantarme para ver como Myra iba a reaccionar al notar mi bultaco en mis pantalones e hice como que buscaba el mando de la tele que, por otra parte, estaba bien a la vista y en la mesa, justo al lado. Hice como que no lo había visto y me levanté y me puse a buscarlo y ella, al ver mi bultaco, dijo osadamente:

- ¿A que no te atreves a sacártela y enseñármela?

- ¿El qué?

- ¡Que va a ser! ¡No te hagas el tonto conmigo! Tienes el mando al lado mismo y me quieres hacer creer que te has levantado a buscarlo. Si tienes huevos, baja la bragueta y saca tu polla y tus huevos para que yo los vea bien.

Lo hice. Aquella situación me puso cachondo, mucho más de lo que ya estaba. Hice lo que me pedía.

- Acércate más a mi.

Tocó mis genitales que, si mi polla estaba durilla antes, ahora estaba dura como un palo de amasar. Y empezó a hacerme una paja, arriba y abajo. La situación era muy peligrosa, porque cualquiera podía haber entrado en la habitación, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a renunciar al placer que se nos presentaba. Me hizo la paja, recogió la mayor parte del semen en su mano y me hizo lamerlo de su propia mano, amenazándome con denunciarme a los miembros femeninos de su familia y decía que para prueba tenía mi semen en su mano. Decía que me iba a acusar de haberla obligado a hacerme la paja, y que sus pocos años jugaban a su favor. Estaba claro que iban a creerla a ella antes que a mi.

Durante meses reviví esa situación tan erótica en mi mente a diario. Y unos meses después, estábamos los dos viviendo bajo el mismo techo en un departamento en la playa.

Increíblemente, durante aquel mes de agosto Myra y yo gozamos de una libertad de acción total. Mi mujer parecía pasar de mi. Y yo, idiota de mi, sin sospechar lo que pasaba a mis espaldas. disfrutaba de la libertad con la compañía de Myra. Pasábamos la mayor parte del día juntos sin que nadie nos molestara con preguntas molestas. Y mis suegros nunca dijeron nada, porque creían que su hija estaba más segura conmigo que con extraños, dada su juventud.

Un día fuimos a una playa nudista. Fue sugerencia suya. Como no teníamos coche, fuimos caminando y pasamos la mayor parte del día juntos. Comimos unos bocadillos en la playa. Por supuesto, era la primera vez que la vi desnuda. ¡Estaba preciosa! Alta, delgada, con unas tetas casi de mujer adulta, con su coñito medio pelado que había afeitado formando un pequeño triángulo. Parecía una diosa.

Se tumbó encima de la toalla, boca abajo y me pidió que le pusiera crema en la espalda. Por supuesto que disfruté mucho haciéndolo. Primero le puse  en toda la espalda, después en las piernas y después me advirtió que se la pusiera en las nalgas. Así lo hice.

- Vamos los dos al agua y follamos los dos en el agua. Muchas parejas lo hacen - me dijo bajito en la oreja.

Me quedé de piedra. No me lo esperaba. Pero reaccioné bien. Sin decir esta boca es mía, me puse de pie, le cogí la mano y nos metimos en el agua. Y follamos dentro del agua. No recordaba haber tenido un orgasmo tan bueno nunca. Supongo que la excitación de engañar a mi mujer le daba un punto más de eroticidad a la relación sexual.

Pero además habían otros ingredientes añadidos que me dejaron desconcertado. Ella tomó las riendas desde el principio. Empezamos besándonos y Myra trepó encima de mi y puso sus dos piernas sobre mi cadera, apretándome con fuerza  como si sus piernas fueran un cepo para inmovilizarme y atraparme. Después empezó a besarme, pero al mismo tiempo, mordía mi labio inferior provocándome daño. Sin embargo, esta actitud me excitó aún más. La verdad es que me hizo bastante daño, aunque no se notaba.

De vuelta a la arena de la playa, me enseñó unas fotos y un pequeño vídeo en su móvil de mi mujer follando con el hijo del dueño del apartamento. El edificio donde estaba el apartamento alquilado formaba una especie de U. Nosotros vivíamos en el departamento interior de uno de los brazos de la U, y los dueños del mismo tenían otro departamento en el lado contrario pero dos plantas más abajo. En las fotos y en el vídeo, mi mujer y el chico estaban follando en el sofá que estaba bajo la zona de visión de la doble puerta de aluminio que daba al pequeño balcón. Era de día, por la mañana, porque la zona abierta de la U daba al sureste, y en el vídeo y fotos, les daba el sol en la cara. Myra usó el zoom y se les veía perfectamente iluminada la cara a ambos.

- El vídeo es de esta mañana a las diez, y lo grabé cuando tu estabas en el super comprando.

Estaba desilusionado. Mi mujer me había engañado, y el hecho de que yo hubiera hecho lo mismo, no alejaba de mí la humillación y rabia que sentía.

- Cambiemos de tema. ¿Que te ha parecido nuestra relación en el agua? ¿Te ha gustado?

- Mucho- contesté. He tenido el mejor orgasmo de mi vida. Pero he notado que no eras virgen.

- El mes que viene, el 5 de septiembre, cumplo quince. Empecé a tener relaciones en enero, pero no he disfrutado ningún polvo tanto como este. Llevar la voz cantante, subirme encima de ti y morderte los labios me ha excitado. Me parece que me va a gustar ser una chica mala y portarme mal contigo, si tu me aguantas.

- La verdad es que me ha gustado mucho tu actitud, incluidos los mordiscos labiales. Me gustaría repetir.

- Podríamos repetir mañana aquí mismo, pero con otra variante.

- ¿Otra variante? Te tengo un miedo terrible.

- Hay chicos a los que les gusta que las chicas tomen la iniciativa.

- ¿Y tu crees que yo estoy entre ellos?

- Si, estoy convencida. Te conozco desde que era una niña y sé el caracter que tienes. Te gusta complacer a las mujeres. Estoy convencida de ello.

- Quizás sea cierto, no lo se - admití. La verdad es que Myra había descubierto en mi algo que yo desconocia.

Por la noche pensé que hacer del tema de Adela. Pensé en montar un escándalo. pero después lo medité mejor. Si lo hacía, las relaciones con mis suegros se iban a deteriorar y posiblemente se acabarían las vacaciones y no conviviría más con Mayra. Esta chica me estaba volviendo loco. Mientras Adela dormía como un tronco, yo no hacía más que pensar en su hermana.

Al día siguiente volvimos Myra y yo a la playa, pero esta vez ella se empeñó en llevar un pequeño bote hinchable con un par de pequeños remos. Fuimos andando y, por supuesto, yo tuve que llevar la mayor parte del peso.

Una vez en la playa nudista, Myra quiso que yo hinchara el dichoso bote, que ya me estaba hinchando las bolas, valga la expresión, y lo hinché con el aparato manual que tambiém yo había acarreado.

Esta vez, Myra no quiso tomar el sol al principio de la jornada playera, sino que nos embarcamos en la barquita. Por supuesto, yo tuve que remar. Se emeepñó en que nos fuéramos bein para lo hondo, bien lejos de la playa. Yo quise negarme, pero ella se enfadó y me obligó a ir hasta que las figuras humanas eran, a nuestra vista, del tamaño de unas hormiguitas.

Entonces quiso que yo le lamiera el coño. Por primera vez en mi vida, mi cuñadita me dio una orden tajante. Se dice que las mujeres mandan a los hombres a través de sugerencias, de lloros, de coacciones sentimanteles, etc., y de este modo había sido entre ambos, como por ejemplo, el día anterior y este día hasta ese momento. Ahora me daba una orden bien clara. Procuró poner la voz bien grave y masculina, supongo que consciente de que su voz femenina y aguda no era lo más apropiado. La orden fue corta y rotunda:

Cúpame el coño hasta que me corra en tu boca.

Obedecí. ¿Que iba a hacer si no?

Ella se corrió en mi boca. Noté sus jugos en mi boca. ¡Delicioso!

Después quise que ella me chupara la polla, pero se negó.

Si quieres seguir comigo, nunca más me pidas que te la chupe.

Quise discutir el tema con ella, pero en cuanto abrí la boca, me hizo callar.

Rema hasta la orilla.

Yo estaba empalmado. Ella, al verme, soltó:

No quiero ni que te la toques. Aguanta sin masturbarte, ya se te bajará.

Fue una frustación enorme, frustación que he sentido desde entonces muchas veces.

Incluso en nuestra corta estancia de verano, llegamos a una rutina. Myra y yo íbamos todos los días a la playa nudista, unos días íbamos sin el botecito hinchable y, desde ese momento, yo sabía que tocaba follada en las aguas del Mediterráneo. Otros días yo llevaba el botecito de marras y desde ese momento, yo sabía que tocaba un cumilingus para ella y, para mi, frustación.

Myra grabó un par de veces más a su hermana follando y al acabar el mes de agosto, el día antes de nuestra partida, me pasó las fotos y el vídeo a mi móvil.

Al llegar a casa le enseñé las fotos y los vídeos a Adela y me dijo:

- Muy bonitas, pásalas a mi móvil y se las enseñaré a mis futuros amantes. Pero ojo, no se te ocurra subirlas a Internet.

- ¡Pero como... ! No vas ni siquiera a disculparte.

- Ni lo sueñes. Mi hermana me ha contado lo que hacíais los dos en la playa nudista. Me lo ha contado con pelos y señales. Mi hermana también me contó lo que hacíais los dos en casa, especialmente aquel día en que te hizo una paja. Lo se todo desde hace tiempo. Ella me lo cuenta todo. Y también me ha dicho que si quieres verla, tienes que dejar que yo folle con quién me de la gana. Y además en esta casa, que es tan tuya como mía. Los dos pagamos la hipoteca juntos, así que pienso traer a casa a quién me de la gana. A partir de ahora dormirás en la habtación de los invitados. Ya he pactado con Myra que en cuanto cobremos venderemos la cama de un cuerpo y compraremos una de segunda mano más grande. Myra vendrá todos los viernes al salir de la escuela y volverá el lunes a la escuela. Todo el fin de semana, lo pasará aquí. Traerá una parte de su ropa para no estar trayendola de aquí a allá continuamente.

- ¿Y tus padres?

- Están de acuerdo. Lo único que les interesa es que Myra estudie, que ingrese en la universidad, que haga una carrera y que se desarrolle profesionalmente. Y mientras Myra saque buenas notas, y hasta ahora siempre las sacó excelentes, no pondrán ningún impedimento. Además, como sabes, ellos nacieron en un pueblo de Ciudad Real, y cuando mi abuela murió hace un par de años, le quedó la casa allá en el pueblo. Quieren ir a pasar allá los fines de semana y los puentes. A mi padre le quedan cinco años para jubilarse y cuando lo haga, se irán a vivir allí. Nos dejaran el piso de Madrid a las dos hijas. Para entonces, Myra tendrá 19 años y será mayor de edad, y tu y ella viviereis allí y yo viviré aquí sola.

Hizo una pausa.

- Resumiendo: Myra pasará los fines de semana aquí contigo en la habitación de los invitados hasta que cumpla los 18. Cambiaremos la cama individual por una de matrimonio.  Después se quedará  aquí a vivir permanentemente hasta que papá se jubile, un año después, mes más, mes menos. Entonces os ireis a vivir los dos al otro piso, al piso de papá y mamá. Yo me traeré a mis amantes aquí. Y por supuesto, ólvidate de follar conmigo para siempre jamás. Y para que te enteres, yo me encargué de follar con el hijo de dueño del apartamento playero y de ponernos al alcance de la cámara del móvil de Myra aposta. Lo planeamos las dos juntas. Todo lo planeamos juntas.

Asó ocurrió y así se hizo. Nunca más volví a ver a mis suegros. Myra me dijo que despreciaban mi manera de comportarme. Ahora Myra tiene 20 años y está en tercero de Medicina. Adela y yo seguimos casados, pero ya no vivimos juntos por supuesto. Yo vivo con Myra y la obedezco en todo. Cuando llego a casa después de trabajar, casi siempre está ella en casa estudiando, excepto un día a la semana que se queda en la Facultad de Medicina y que come allí. Nada más llegar, me pongo a limpiar. Myra me exige que la casa esté muy limpia. Se pone a estudiar hasta la hora de la cena. Hago la cena pero siempre tengo que preguntarle primero que desea cenar. Después quito la mesa, barro por si cayó alguna miguita al suelo y friego. Después siguo limpiando, sea necesario o no, esté limpio o sucio. Eso no importa. Myra odia que yo esté mirando la tele o escuchando música mientras estudia. Los fines de semana salimos los dos juntos a corer a un parque cercano. Fuera de eso, ella sigue estudiando y yo sigo limpiando. Tenemos relaciones sexuales cuando ella quiere, pero yo tengo prohibido insunuarle nada.

Cuando llega la Semana Santa o un puente como el de la Constitución, ella se olvida de sus estudios y se va con algún compañero de la facu. Yo me quedo sólo en casa. En los veranos, hemos compartido apartamento playero con un par de médicos para dividir los gastos. Myra folla con ellos y yo me quedo sin follar. Todo el mes de agosto sin follar.

Pero aún así, esta vida me gusta más que la que llevaba con Adela.