Esta mañana le compré a mi esposo una muñeca hinchable y una vagina electrónica, la más avanzada tecnológica que encontré. Como le obligo a llevar siempre un aparato de castidad y nunca follé con él (para darme placer ya está mi amante, que la tiene bien larga y sabe usarla muy bien), ni tampoco permito que mi marido me vea desnuda, una vez a la semana le voy a dejar que folle con su chica de plástico. Pero siempre delante de mi. Ya le he dicho que si no le pone bastante interés y teatro al asunto, le pegaré con su cinturón. Aunque, la verdad, no se si la amenaza le hace mucho efecto, porque a veces pienso que le gusta que le pegue.
Si veo que le gusta los regalos que le he comprado, cuando no se porte bien conmigo, le castigaré suprimiendo alguna semana de su calendario de folladas. Espero que surta efecto.