- Arreglate que vamos a salir.
- Puedo preguntar a donde vamos.
- Si, voy a comprarte un traje de novio para tu boda.
- ¿Mi boda?, preguntó sin entender.
- Si, tu boda.
- Y, ¿con quien me voy a casar?
- Conmigo tonto, dije con una sonrisa.
- ¿Cuando?
- Ya lo tengo todo arreglado. Nos casamos el 15 de mayo, sábado.
Tras una pausa de algunos segundos, dije:
- ¿Algún problema?Y así fue la conversación en que le comuniqué nuestra boda. Me encanta hacer cosas y después, comunicárselas a él. Es como usar al máximo mi capacidad de decisión. De todos modos, él hace lo que yo le mando. ¿Para que voy a comunicarle mis planes. Hago y deshago según mi criterio, y cuando está todo preparado, le comunico mi decisión. Como el día en que le comuniqué la decisión que había tomado. Así deben ser los hombres de verdad.
- No, dijo.