martes, 19 de junio de 2018

Esta entrada es una fantasía y las imágenes son obtenidas de internet:

Hola a todos:
Me llamo Andrea, tengo 16 años (cumplo los 17 el 11 de octubre de este año 2018) y tengo que contar una historia bastante sorprendente.
Resulta que a los nueve años mi mamá me regaló un ordenata. Yo siempre he sido muy curiosa y con el empecé a investigar las cosas más raras y extrañas que encontré en Internet. Una de estas cosas fue el sadomasoquismo, aunque ahora se llama BDSM. Fue los tiempos de la publicación de la famosa novela 50 sombras de Grey. No leí la novela pues no tenía dinero para comprarla ni lugar para ocultarla ante unas inspección atenta de mamá. Mamá es madre soltera y soy hija única. Mamá es muy liberal pero no creí que tanto como para dejarme leer esta novela, por lo menos a tan tierna edad. Un día que estaba sola en casa investigué en su habitación y, al no encontrar nada, en el resto de la casa, incluso en la cocina y en los dos cuartos de baño. Además mamá no tiene ni caja fuerte ni ningún armario cerrado con llave. Así que llegué a la conclusión de que mamá no la había ni comprado ni leído. Pero yo quise aprender más, morbosa que era.
Un día encontré un enlace a una página que hablaba de las relaciones femdom o female domination. Básicamente consiste en que las mujeres convierten a sus maridos o esposos en sus esclavos. Este tema me interesaba mucho más que el asunto de la novela. La verdad es que no me gusta que me peguen. Prefiero pegar.
Empecé a obsesionarme con el asunto del femdom. Como mamá no se preocupaba por lo que veía en Internet, yo me hice un blog en tumblr (adorefemdom) y allí iba subiendo fotos, dibujos (como los de Sardax) y gifs animados con este asunto.
Pero el tema realmente empezó cuando tenía unos 12 años y medio. Era sábado por la tarde y mi madre me explicó cosas sobre el sexo. Por supuesto yo ya sabía como se hacían los niños pues me lo había explicado un par de años antes. Lo que me explicó es que la legislación española marca que a los 13 ya se puede tener sexo siempre que sea libremente consentido. Que antes de cumplir los trece, cualquier relación sexual es considerada como una violación, pero a partir de esa edad ya es posible tener sexo sin ningún impedimento legal. Mamá también me dijo que iba a hacerme pruebas para tomar anticonceptivos orales. Mi mamá es médico y como estáis, muy liberal en materia sexual. También me explicó más cosas sobre las violaciones, etc., pero esto no viene al caso.
¿Habéis visto que en los dibujos animados y en los comics cuando a un personaje se le ocurre una idea brillante aparece una bombilla encima de la cabeza del personaje en cuestión para ilustrar la idea que se le ocurrió? Eso mismo le pareció que me pasó a mí. Se me ocurrió de hablarle del femdom y de todo lo que yo había estado haciendo desde dos años antes. Y se lo conté.
Mi madre, aparte de médico y muy liberal en cuanto a lo que concierne al sexo, siempre ha estado interesada en que estuviéramos las dos muy juntas, en que nos contáramos todo la una a la otra. Siempre insistió en que no debían haber barreras entre nosotras dos. Y nunca las hubo. Yo había transgredido esta regla durante dos años ocultándole todo, pero ahora me sinceré. Se lo conté todo. Mamá alucinaba en colores. Pero más alucinó cuando le conté lo que quería de ella:
- Quiero un esclavo, le solté de sopetón. Tan fuerte fue la noticia que hasta se olvidó reñirme por no haberle contado lo de mi blog de femdom.
Una pausa de unos dos minutos que me parecieron horas fue la primera reacción de ella.
Yo estaba dispuesta a dar una vuelta más de tuerca:
- Y lo quiero para cuando cumpla trece años, para el día de mi cumpleaños.
Entonces mamá dijo:
- Para hacerme una idea de lo que pides, enséñame ese blog tuyo.
Nos plantamos las dos frente a la pantalla de su ordenador, pues tiene la pantalla más grande que el mío, abrí el navegador y tecleé la dirección de mi blog. Al principio miraba la pantalla asombrada pero poco después se le dibujaba una sonrisa pícara en la cara. Le pedí su opinión.
- Lo que más me gusta es la inversión de roles en la pareja, cuando ella le sodomiza o cuando le pone la jaulita de castidad. También cuando ella le viste de mujer. También me gusta cuando él le come el coño a ella, pero especialmente cuando ella vuelve a casa después de reunirse con su amante y el marido o novio le limpia el coño con su lengua. Esto particularmente me encanta.
Las dos estábamos más contentas que unas alegres castañuelas.
- ¿Y porque no buscamos un esclavo para cada una? Hace más de tres años que no te he visto nunca con ningún hombre.
- Si, es cierto, y no tengo más relaciones porque me aburren, porque todos los hombres me parecen lo mismo.
- Pues entonces con más motivo, mamá. Nos buscamos un par de tíos buenorros pero sumidos y obedientes. A ver, mami, como te gustaría que fuese el tuyo.
- Pues déjame que lo piense. Me gustaría que fuese joven, más joven que yo, que fuese delgado, blanco de piel, rubio o pelirrojo y de apariencia medio marica. Si, me gustaría así.
- Mis preferencias son más o menos las mismas. A mi me gustaría que fuese bickucold.
- ¿Bi qué?
- Que los dos, tanto él como yo, tuviéramos un amante, el mismo amante. Me encantaría ver a mi esclavo chupándole la polla a mi amante. ¿Que te parece?
- ¡Fantástico! A mi me gustaría vestirle con mis ropas, con bragas, sujetador, con un salto de cama erótico, al menos en casa.
- ¿Y porqué no lo hacemos?
- Estoy convencida que has estudiado la manera de conseguir dos esclavos, dijo mi madre riéndose a carcajadas.
- Si, pero antes te voy a enseñar una página de reddit llamada bicuckold.
Vimos la página y le gustó mucho a mamá.
- Nunca pensé que ver a dos hombres chupándose la polla pudiera ser erótico. Me encanta todo esto del femdom. Como sabes yo siempre he sido muy feminista y ahora me doy cuenta de que en realidad lo mejor para una mujer feminista es tener relaciones con un hombre sumiso. Es como una inversión de roles. Y además, es muy caliente, así que me voy a la ducha a refrescarme, dijo mamá riendo.
- Mamá, tienes que darte una ducha bien caliente y no una ducha fría, dije sonriendo. Lo que necesitas ahora es agua caliente para relajarte y tocarte un poquito por ahí abajo, ya sabes.
- Hija, cuanto sabes. ¿Donde has aprendido todo eso?
- Es mejor que te lleves a la ducha ese consolador que tienes escondido entre tu ropa interior para que yo no lo vea.
- ¡Increíble! No puedo tener nada escondido fuera de tu alcance!
- Bueno, Má, me pasó muchas horas en casa sola mientras tu trabajas. En algo tengo qu ocupar el tiempo además de hacer los deberes y chatear con las amigas.
Y mamá se fue al cuarto de baño.