viernes, 23 de mayo de 2014

Mi suby

Hoy, 19 de mayo de 2014, mi marido y yo cumplimos nuestros primeros cinco años de femdom. Fue el martes 19 de mayo de 2009. ¿Por qué eligió mi suby ese día para "declararseme" por decirlo de esta manera? Lo eligió porque ese día era mi cumpleanos: 30 años. Yo estaba en la "flor de la vida" como dice la gente cursi y anticuada. Los dos somos funcionarios y ese día, por indicación de él, nos tomamos el día libre en nuestros respectivos trabajos para celebrar mi cumple. Y durante la comida del mediodía me lo soltó.

Rober y yo nos conocimos en nuestro primer año de instituto y, aunque no fue mi primer novio, si fue con quién me casé. Nos casamos en 2007, también en mayo y, como casi todo el mundo, delante de un cura. Pero mi concepción del matrimonio no era exactamente muy de conformidad con los preceptos de la Iglesia. Siempre pensé que una mujer casada debía ser una puta en la cama y una señora fuera de ella. Una casada debía dar satisfacción a su marido y obtenerla, al mismo tiempo, ella misma. Creía que si el marido se va de putas o tiene una amante (algunos incluso cambian de acera y tienen un amante) es, en gran parte, culpa de ella. Creía que el sexo puede ser un gran arma a favor de las casadas pero, si no se sabe disparar, te podría salir el tiro por la culata. Si Rober me hubiera propuesto intercambio de parejas o incluso un trio, probablemente hubiera aceptado, pero el femdom, ¿qué es esto?

Mi suby intentó explicarmelo pero fue bastante confuso, así que lo busqué en internet. Al principio mi reacción fue de rechazo total y así se lo dije. Pero Rober insistió. Entonces le dije que le daría una respuesta el fin de semana.

El miércoles y el jueves miré en internet. Encontré cosas que me gustaron y otras que no. Lo voy a decir claramente: yo, como todo el mundo, soy egoísta, lo que pasa es que yo lo reconozco y otros no. Me gustaba la posibilidad que mi marido hiciese todas las tareas domésticas, incluso la cocina, aunque su habilidad culinaria era, por aquel entonces, muy baja. Pero todo se aprende con dedicación. Me gustaba la imagen de estar toda repantingada en el sofá viendo la tele mientras Rober pasaba la aspiradora:

"Por favor, cariño, ¿puedes levantar los pies para que pase la aspiradora?"

Quizás también me gustaría tener un amante, llevarlo a casa y acostarme con él delante de Rober. Pensé que quizás podría ser interesante. Pero pegarle a mi marido no creo que me gustase.

Encontré una entrada en un blog en inglés en que la mujer contaba su experiencia. Al igual que a mi, a ella su marido le había hecho la misma propuesta. Ella, deseando dar a satisfacción a su marido, aceptó. Pero aunque parezca paradójico, ella se acabó convirtiendo en la esclava sexual de él. Ella cumplía a rajatabla las indicaciones de su marido, pero un par de cosas no le gustaba: pegarle y compartir sus experiencias con otra gente, de momento a través de internet pero, más adelante, su marido tenía pensado poner un foro femdom en internet y, aún más lejos, compartir sus experiencias con otras parejas femdom. Se trataba de cosas como intercambiar esclavos o realizar orgías femdom con varias parejas y amantes de ellas. Llegó un momento en que ella se dio cuenta de que aquello era en realidad una trampa y dijo basta: U obedeces mis órdenes a rajatabla o nos separamos, tu te buscas una ama a tu gusto y yo me busco un esclavo al mío. Él aceptó la orden de ella.

El viernes por la noche le traduje la entrada a Rober y comprendió. Le dije: algunas cosas que te mande no te van a gustar y seguramente no cumpla muchos de tus sueños, de tus deseos, pero si voy a ser la que manda en nuestra relación, se ha de hacer lo que yo quiera y nada más. No voy a hacerte mucho daño y, de momento, ninguno. Más adelante ya veremos si te pego un poco o no. Pero si he pensado que algunas de las cosas que voy a hacer no te van a gustar. Lo primero va a ser cortarte el acceso a internet. He estado buscando y voy a bajar un programa que te pide una clave para encender el ordenador. Sé que no te va a gustar nada, pero a mi juicio pasas muchas horas en casa delante de la pantalla. Nunca te dije nada pero te has convertido en un obseso de internet. Tu madre ya me lo dijo cuando éramos novios, mi hijo pasa muchas horas con el ordenador, y durante estos dos años ha sido así, pero ya no va a pasar más. A partir de ahora me vas a dedicar tod tu tiempo a mi.

Lo segundo es que tu vas a hacer todas las tareas de casa. Yo te voy a enseñar a cocinar lo poco que sé, pero además aprenderás nuevas recetas que yo nunca he cocinado. En dos años te vas a convertir en un cocinero bastante bueno. Aprenderás a hacer cientos de recetas y, aunque al principio alguna receta te salga mal, las vas a repetir día tras día hasta que aprendas a hacerla bien.

Lo tercero aún te va a gustar menos. Marga y Feli son mis mejores amigas y quiero contarles todo. Sé que tu las odias, pero eso me refuerza aún más en mi idea. De vez en cuando pienso hacer una fiestita femdom aquí en casa los cuatro: tu, yo, Marga y Feli.

Lo de tener amantes o ponerte un cinturón de castidad ya lo iré haciendo cuando me plazca. Pero de momento vamos a empezar con estas tres cosas.

¿Tienes algo que decir?

Él dijo que tenía dos blogs femdom en internet: uno en Tumblr y otro en Blogger. Me quedé dudando que hacer. Pero pensé y le dije: tus dos blogs quedan confiscados, así que vamos a conectar y me vas a dar las claves. Comprobaré que funcionan y cambiaré la contraseña. ¿Alguna pregunta más?

No, ninguna, contestó.

Pues esta noche vas a dormir en la habitación de invitados. Mañana ya veremos donde duermes.

Se cumplieron todos mis deseos. La verdad es que al principio estaba un poco disgustada con él. Si accedí a su propuesta es por dos motivos:

  • el primero, porque me gustaba algunas cosas de lo que vi sobre el femdom en esos dos días: el miércoles y el jueves. ¿A quién no le gusta tener una criada en casa y además gratis? Poco a poco fui probando cosas nuevas pero siempre a mi ritmo.
  • el segundo, para retener a mi marido en casa. pensé que si no aceptaba, podría buscar fuera de casa lo que no encontraba dentro.
En aquel verano, en el mes de vacaciones, nos fuimos las tres juntas a la playa. Alquilamos un apartamento y pasamos más tiempo en las discotecas, en los bares y en la cama que en la playa. Alber se quedó en casa solo. Eso si, el día antes de partir le compré un cinturón de castidad y las llaves me las llevé a la playa. Se vio obligado a hacer pis sentado en el inodoro durante todo un mes. A la vuelta dudaba si quitárselo y follar con el o dejárselo para siempre. Aunque lo pensaba una y otra vez, no sabía que hacer. Leí que podía convertirse en impotente si la castidad se prolongaba mucho tiempo y me pareció una cosa muy gorda para decidirlo yo sola, así que lo consulté con eĺ.

Él contestó que no le importaba volverse impotente si ese era mi gusto. Consideraba cualquier cosa que me diera placer era una orden para él. ¡Tal era el grado de sumisión! Decidí dejárselo durante unos meses para ver si se volvía impotente y, si esto sucedía, ver si era reversible. ¡Quería experimentar con el cuerpo de mi marido!

Cualquier novedad que surgía en el femdom lo chateaba con Marga y Feli. Les mandaba fotos. Cuando hacía calor les mandaba fotos de Rober en bolas con su colgajo enjaulado. Les mandaba fotos de Rober arrodillado en el suelo, en pelotas, limpiando el piso con un trapo. Soy tan mala que le obligo a limpiar el suelo arrodillado. De hecho, tiré el mocho y no he comprado otro. Ahora el piso está mucho más limpio que cuando compartíamos la limpieza entre los dos, pues ninguno quería limpiar. De hecho, hago sorpresivas "pruebas del algodón," que sabeis que "el algodón no engaña." Cuando el algodón sale mínimante sucio, le pego con el cinto en el trasero y no paro hasta que le sale sangre.

El sábado por la mañana envio a mi marido a limpiar el departamento de Feli, y el mismo día por la tarde, él de Marga, pues esta trabaja el sábado por la mañana. Ambas le obligan a realizar la faena en bolas, incluso en invierno, pero yo estoy tranquila porque mi marido lleva puesto el cinturón de castidad y yo soy la única que tiene la llave.

El segundo verano de femdom si llevé a mi marido al departamento playero que habíamos alquilado las tres, pero le prohibí salir de él sin mi permiso, y solo le permití salir para ir de compras. Nada de ir a la playa o a dar un paseo. Por supuesto, mi marido tuvo que dormir en el sofá porque nosotras tres teníamos siempre un hombre en la cama cada noche. Tengo que reonocer que fue una idea mejor hacerlo así que como lo hicimos el verano pasado. Teníamos una criada gratis que dormía en el sofá, así que no teníamos que limpiar. Pero la verdad es que el año anterior yo era una novicia en esto del femdom y quería tomarmelo poco a poco.

En cuanto volvimos de la playa, empezé a endurecer mi femdom. La verdad es que empezaba a gustarme. Empezé a pegarle en el culo con su cinturón hasta dejárselo colorado como un tomate. Dejé que se curara antes de pegarle de nuevo, pero la verdad es que deseaba que se le curara el pompis lo más pronto posible para volver a pegarle. También aumenté las dosis de humillación. Le hacía limpiar el suelo con la lengua, le vestía de criada o le ponía en una esquina de la casa mirando la pared durante un par de horas con el culo todo rojo.

Y esta es mi historia de femdon en dos años y medio. Espero que os haya gustado.