martes, 18 de marzo de 2014

Detras de cada gran mujer... 3

Esta historia la inventé yo, es anónima y, por lo tanto, de dominio público, por lo que puede ser reproducida de cualquier modo. Sólo para adultos.

Personajes:

  1. Ama, novia: Janice
  2. Sumiso, novio: Sam
  3. Secretaria, amiga: Julie

Primera parte

Janice, mi bella novia, tenía razón. Pronto tuve que aceptar a Julie como una faceta más de mi propia vida. Aunque era dos años más joven que yo, Janice insistió en que debía tratarla con el mismo respeto y cortesía con que la trataba a ella.

Serví té mientras Janice me explicaba nuestra relación con Julie. Mis mejillas estaban enrojecidas y me sentía muy incómodo y avergonzado y quise volver a la cocina. Sin embargo, Jan insistió en que me quedara. Estaba de pie, nervioso, jugando con mis dedos sobre el dobladillo del bolsillo de mi delantal, mientras las dos mujeres estaban sentadas en el sofá. Con mis ojos mirando al suelo, me hubiera gustado que el suelo se hubiera abierto bajo mis pies.

"Ya sabes, Julie, que Sam y yo vivimos un estilo de vida completamente diferente. Como mi secretaria, cada vez te volveras más involucrada en mi vida personal. Es importante que entiendas nuestra relación. Disfruto en mi trabajo como abogada e intento tener una carrera profesional exitosa. Estoy en un mundo de hombres poderosos. ¿Sabes de donde les viene ese poder?"

"No, señora."

"Porque son inteligentes y astutos, y además despiadados cuando es necesario. Y porque tiene  su mujercita en casa para recibirles cuando llegan a casa. Alguien que se muestra cariñoso y leal sin importar lo que haya sucedido afuera, en las junglas legales. Alguien que tiene la voluntad de dedicar su vida al éxito de su marido. Mi dulce Sam está de acuerdo en hacer eso para mi. Está siempre orgulloso de amarme, hacerme siempre los honores y obedecerme."

En ese momento me cogió la mano. Me acerqué más a ella hasta que nuestros zapatos de tacón alto se tocaron. Hizo una indicación con la mano para que me arrodillara delante de ella. Como miraba al suelo, no pude dejar de admirar sus fuertes muslos envueltos en las medias de nylon que salían de la falda estrecha y elegante de su traje chaqueta. Recordé el orgullo de haberle planchado la falda esta mañana. Su mano dulce y suave acarició mis sonrojadas mejillas y reinició su exposición:

"Naturalmente no es fácil para Sam. Asumir este papel femenino tradicional no es fácil para ningún hombre pero estoy muy orgullosa de él. Trabaja muy duro y hago todo lo que puedo para ayudarle. Espero, Julie, que le ayudes cuando se te presente la ocasión. Quiero reducir al mínimo o eliminar sus tendencias masculinas y por eso, alimento y apoyo su feminidad. Pienso que estuvo muy bien de tu parte el otro día usar de eĺ con palabras femeninas, pero también es bueno recordar que es mi chico feminizado, no una mujer de verdad. Quiero eliminar sus tendencias masculinas mientras aliento su parte femenina. Es muy importante que siempre recuerde su posición."

Hizo una pausa para entregarme su taza vacía. Con la mayor elegancia que pude, me levanté y me puse a caminar sobre mis zapatos de tacón de 10 cms para llenar la taza de nuevo. Sentí la sensación de que las dos mujeres se fijaran en el sonido del frufrú de mi falda. ta,bién llené la taza de Julie y volví a asumir mi posición de antes.

"Sam entiende que también debe obedecerte y complacerte. Deberás hacerme saber si alguna vez te hace enojar en lo más mínimo o no te obedece. Como mi secretaria que eres, pretendo que trabajes lo máximo posible. Eres muy eficiente, pero esto no basta. Necesito una secretaria que trabaje tanto como yo. Y eso implica menos horas libres para ti. Por eso he decidido que Sam limpiará tu piso dos o tres veces a la semana. Él necesita practicar cuantas más veces pueda la limpieza, el lavado de la ropa, la plancha y otras tareas del hogar. En casa le sobra tiempo y la ociosidad no es buena para nadie. Mantener el cuerpo ocupado significa mantener la mente ocupada y, por lo tanto, libre de tentaciones de ocuparse de perversiones. Y también tendrá, como mi pareja que es, aprender a conversar y a entretener a la gente cuando tengamos invitados."

Lo de "necesita prácticar cuantas más veces pueda la limpieza, el lavado de la ropa, la plancha y otras tareas del hogar" sonaba a chiste, pero así es mi Jan, capaz de decir seriamente cosas que sonaban a broma.

Jan cogió mi barbilla, me la inclinó para abajo y me miró directamente a los ojos.

"Pienso que nuestro Sam, en secreto, disfruta sometiéndose a la voluntad de las mujeres. Yo he descubierto ese lado de su caracter y lo he sacado a la luz. Pero creo que es muy reacio a complacer a los hombres."

Inmediatamente me puse en alerta. No podia creer lo que estaba diciendo. Ella sonrió ampliamente ante el asombro que expresaba mi rostro. Sin duda estaba disfrutando el momento. Aunque no la podía ver, creo que Julie también tenía una sonrisa en su cara. Jan reanudó su monólogo:

"He elegido un chico para ayudarle a aprender todo sobre la feminidad. Todas las chicas hemos experimentado alguna vez como un hombre intenta conquistarnos. Sam nunca será una mujer de verdad hasta que no pase por esa experiencia como esa. Charles vendrá el jueves de la próxima semana por la noche, así que tenemos justo una semana para preparalo todo. Va a ser algo inolvidable para ella."

En los últimos meses me había ido preparando para asumir el papel femenino de la pareja mientras que mi novia asumía el papel masculino, pero, ciertamente, no estaba preparado para esto. No me gustaba la idea de tener otro hombre en casa, especialmente si iba a ser "mi pareja". No sabía si el tal Charles tenía inclinaciones homosexuales y si Janice pretendía que él y yo tuviéramos relaciones sexuales. Como yo tenía el papel femenino, obviamente Charles debia tener el papel masculino, lo que incluía ser penetrado analmente. Por supuesto, yo no tenía ninguna inclinación sexual hacia otros hombres. Bueno, en la medida en que se me pudiera considerar hombre. Lo que yo tenía claro es que una cita entre yo y otro hombre no se iba a desarrollar sin sexo. Janice ya lo había dicho: "Todas las chicas hemos experimentado alguna vez como un hombre intenta conquistarnos." Y yo tenía claro que Janice quería que yo, como chica, tuviera (o sufriera) esa misma experiencia. Obviamente, Jan había ido demasiado lejos. Una cosa es "jugar", medio en broma, medio en serio, a que yo soy una mujer y otra muy distinta, tener relaciones sexuales como una mujer. Empecé a quejarme:

"Vamos, Sam, no va a ser tan malo. Todas las chicas tienen una respuesta inicial de rechazo. Pero una vez experimentan lo bueno de tener un hombre fuerte que la abraze, todas cambian de opinión. Tan sólo espera y verás lo bien que te sientes. Después siempre desearás estar en los brazos de un hombre joven y apuesto y, estarás ávida de su atención masculina."

"Por cierto, cambiando de tema: Sam, he encontrado este vídeo en Youtube y me ha dado que pensar. Vamos a buscar la ayuda de una profesional para hacer de ti una transformación excelente. De este modo estarás más segura de que nada te echará a perder la noche."

Posteriormente esa noche, estábamos las tres en el dormitorio de Jan. Estaba ayudándolas a ponerse la ropa de noche -bueno, en realidad, las desvestía y las vestía con la ropa de noche, ya que ellas no hacían mucho esfuerzo por facilitarme la tarea- cuando experimenté un sentimiento bastante extraño. Ya había desnudado y vestido a Jan cuando empezé con Julie. Bajé la cremallera de la falda de Julie, la cual cayó hasta el suelo. La ayudé a dar un paso fuera de la falda pero, en ese momento sentí algo nuevo. Hasta ahora había tenido con Julie en momentos como ese un sentimiento de vergüenza, pues siempre la consideraba como una persona ajena a la casa. Ahora experimentaba un sentimiento de cercanía, como si Julie y yo fuéramos hermanas. Después le saqué la blusa, posteriormente las medias y ella quedó sólo con ropa interior. Me arrodillé delante de Julie y le bajé sus bragas de color rosa hasta el suelo. Después le quité el sujetador. Mi polla ni se inmutó. Janice me alborotó mi pelo afectuosamente:

"Cariño, eres un completo afeminado. Vas a ser la mejor ama de llaves y criada que cualquier mujer puede desear."

Enrojecí de vergüenza pero de una vergüenza diferente a la que sentia antes. Las palabras de Jan me alababan y, por eso, enrojecí. Juli se agachó sobre mí. Envolviendo mi cara con sus suaves manos, me hizo levantar, al mismo tiempo que me daba un tierno y prolongado beso en la frente. Sentí los duros pezones de sus pechos presionar contra los míos a través de la ropa de mi camisón y el algodón de relleno de mi sostén.

"Ahora dale las buenas noches a tu novia y a mi y ve a dormir al sofá, hermanita."

¿Había leído Julie mi mente?

Pero no tuve mucho tiempo para pensar. Julie me abarzó y me besó. A pesar de mis zapatos de tacón, Julie aún estqaba a la misma altura que yo. Julie hizo risitas por lo bajo cuando me vio levantar la pierna derecha hacia atrás hasta que mi pie derecho tocó mi trasero, en una postura muy femenina.

Antes de dejarme ir al sofá cama, Jan me dijo:

"Piensa que vestido te gustaría ponerte. Charles es un hombre de apariencia masculina y tendrías que llevar un vestido muy femenino. Mañana bien temprano buscas en internet."

Salí del dormitorio y Julie salió detrás de mi rumbo a mi dormitorio.


Parte 4.