Al día siguiente lunes, mientras estaba trabajando recibí una llamada de Ana en el móvil. Me dijo que quería verme a las 6 de la tarde en nuestro piso, que tenía novedades que contarme. Yo estuve allí a la hora en punto, pero ella tardó casi una hora. Al cuarto de hora de esperar, la llamé al móvil pero estaba desconectado. No tuve más remedio que esperar. Cuando llegó, ante mis requerimientos de que explicase la tardanza, me dijo:
- Te tienes que ir acostumbrado a que tarde. En adelante, te citaré en un sitio a una hora determinada, y en muchas ocasiones llegaré tarde, pero de vez en cuando, cuando me de por ahí, llegaré incluso unos minutos antes de la hora en que te cito. Tu nunca sabrás cuando llegaré puntual y cuando no. Es más, ni siquiera lo sabré yo hasta que tome la decisión que desee tomar.
Después continuó:
-Te he citado aquí para comunicarte un par de decisiones que he tomado. Tu sabes que soy virgen y que nunca mantuve relaciones con nadie excepto contigo, y las relaciones que hemos tomado excluyen la penetración. Bueno, pues he decidido que nuestra noche de bodas no va a ser una noche de bodas normal. No deseo perder la virginidad contigo. Es más, quiero que en nuestra noche de bodas no seas tu quién me penetre, en manos de quién pierda la virginidad. Quiero que en la noche de bodas, en nuestra noche de bodas -recalcó - perder la virginidad con otro hombre. Me puse a pensar con quién, y llegué a la conclusión que mejor tres que uno.
- ¿Que quieres decir?
- Tus amigos de la Universidad: Pedro, Pablo y Paco (son 3 nombre ficticios, como todos los de este relato). El día de nuestra boda, por la noche quiero a los tres disponibles en nuestro dormitorio, y con ganas de follarme.
- Pero eso va más lejos de lo que yo pensaba. Yo pensaba en un matrimonio femdom, que todo quedara entre nosotros dos, en una relación un poco distinta a la normal, pero, pero.. no tan distinta.
- Bueno, tu abristes la Caja de Pandora y ahora parece que el resultado no te gusta. A lo mejor hubiera sido para tí no abrirla, pero ahora ya no tiene remedio.
- Y si, por cualquier motivo, no están mis tres amigos allí, ¿que pasará?
- Pasará simplemente que tu y yo nunca follaremos, y que yo me buscaré amantes para follar. Pero puede ser peor para ti, porque puedo buscar el folleteo con gente de tu círculo social. Enseguida se iba a difundir el rumor de que yo era una especie de Mesalina, siempre dispuesta a follar con la primera polla que se encuentra en la calle. Con tus amigos puedes controlar un poco el rumor. Con gente desconocida, no. Además, yo puedo subir las fotos y vídeos a Internet. Me gustaría saber que muchos hombres se calientan viéndome follar con 2 ó 3 hombres.
No me quedaba otras opción. Tenía que hacer lo que me mandaba. Yo había iniciado todo por mi propia voluntad, nadie me había obligado, y ahora sucedía lo nunca pensado. Creía que como Ana parecía una mosquita muerta, en realidad lo era. Pero las apariencias engañan. Conocí a una Ana decidida y sin titubeos, muy diferente a la convencional y recatada Ana que creía conocer.
Tuve que contactar con mis tres amigos. Los reuní en el piso ya conocido en este relato, y les conté la historia (falsa) que sigue:
Ana y yo éramos supermodernos. Ana mantenía una apariencia tradicional de mujer clásica para agradar a sus padres, ya que tenía un gran interés en mantener unas buenas relaciones con ellos. Pero desde que nos conocimos, y a escondidas de ellos, llevábamos unas vidas paralelas y completamente al margen de la vida pública. Realizábamos cambios de pareja, tríos (con otra mujer o con otro hombre), sexo en grupo, etc. Y ahora queríamos dar un paso más. Yo le había propuesto hacer un intercambio de parejas para nuestra noche de bodas, pero ella prefería realizar el amor con tres machos, con ellos tres. Al regreso de nuestro viaje de novios, yo iba a hacerlo con tres chicas, que ya teníamos elegidas, y ellas estaban de acuerdo. Íbamos a grabar en vídeo los dos acontecimientos. Durante la reunión con ellos tres, yo sólo iba a intervenir manejando la cámara.
No imagináis lo que me costó decirles todo esto. Tuve que beber varias cervezas para darme ánimo. Y aún así, me costó horrores. Imaginaos a vosotros en esa situación. Pero, ¡como no!, se mostraron de acuerdo. Ya he dicho que mi novia es muy guapa y sexy. ¿A quién le amarga un dulce? Cuando nos vimos en nuestro piso, se lo conté. Ana dijo:
- Te felicito. Inventaste una bonita historia para pasar el mal trago. No me interesa como se lo hayas dicho, sino que estén el sábado por la noche y con ganas de follarme.
Los días pasaron, y la noche antes de la boda, Ana me citó en nuestro piso. Allí me enseñó un CB 6000, y me dijo que lo iba a llevar al día siguiente en nuestra boda. Me hizo desnudar, y averiguamos como se ponía y se quitaba. Me lo dejó puesto, y me ordenó que hiciera pis en el inodoro. Como no podía hacer, me sacó una cerveza de un litro y me obligó a beberla enterita allí mismo en el baño y de prisa y corriendo. Obviamente, oriné enseguida. Me la dejó puesta, se llevó la llave y nos despedimos hasta el día siguiente.
La boda fue normal, eso si, con mucho lujo y con mucho lujo de detalles.Muchos invitados, todos vestidos con sus mejores galas y mucha alegría para el cuerpo. Pero yo no pare de pensar en toda la ceremonia en lo que iba a pasar por la noche. Y Ana, según me comentó más tarde, tampoco. Pero nuestros pensamientos iban por caminos diferentes. Él de ella, por el camino más placentero de la imaginación sexual. Ya se veía follando con las tres Ps. Y yo también, pero a veces me angustiaba y a veces me calentaba.