domingo, 2 de noviembre de 2014

Mi hermano

La peluqueria donde trabajaba mamá cerró, pero ella no se amilanó y abrió una peluqueria en casa, aprovechando que nuestra casa es grande y con habitaciones amplias. Le compró a la dueña los artilugios que necesitaba y montó su negocio propio en casa. Tenía bastante clientela, ya que cobraba barato y era muy conocida en el barrio.
Era un día caluroso de verano y mis amigas y yo estábamos en mi dormitorio, sin dinero y aburridas. Estábamos viendo videos de youtube cuando vimos unos cuantos de chicas maquillando a chicos. De ahí pasamos a ver vídeos de chicos maquillándose. Una idea se me vino a la cabeza: maquillar a mi hermano Jimmy.
Mi hermano tenía 16 años, y yo 18. La idea causó risitas a mis amigas, Jean y Laura, de mi misma edad. Aprobamos la idea y fui a buscar a mi hermano. La idea le pareció extraña, pero después de hacerse el remolón y de rogar, aceptó, aunque me quedó la idea de que en realidad le gustaba la idea, pero su orgullo masculino le impedía aceptarla a la primera. De hecho, sijo:
Que consté que lo hago porque no tengo nada que hacer y estoy aburrido.
Primero le afeitamos bien rasurado. Después le maquillamos, mientras Jean le grababa con el móvil. La verdad es que mi hermano es bien guapo. Si no tiene éxito con las mujeres es porque es tímido. Muchas amigas mías querían conquistarlo, a pesar de que era más joven que ellas y, en general, a las mujeres nos gustan los hombres un poco más mayores que nosotras.
Bueno, volviendo al tema, a todas nos pareció a poco la diversión de maquillarle. A Laura se le ocurrió la idea de vestirle de mujer.
Pero mi ropa no le viene, dije yo
Pero la mía si. Tu y Jean sois muy delgadas, pero yo tengo un tipo más normal. Estoy segura que mi ropa le vendrá bien. ¿Qué dices, Jimmy?, dijo Laura.
Por probar no se pierde nada.
Nos fuimos las tres a casa de Laura y estuvimos un buen rato discutiendo que ropa elegir. Elegimos varios vestidos, varios shorts, varias minifaldas y un montón de camisetas, camisas de manga corta, etc. Laura quiso poner en la bolsa varias bragas y sujetadores suyos.
Tiene que parecer una mujer de verdad, se justificó.
En ese momento me di cuenta de que la que más estaba disfrutando del juego era Laura. Sólo era un juego, ¿no?
Cuando regresamos, mi hermano estaba mirando vídeos de chicos que se maquillan y de travestis en youtube. No nos oyó entrar de tan concentrado que estaba. Entonces nos dimos cuenta las tres que Jimmy también estaba disfrutando del tema.
¡Vaya! ¡Parece que te gusta el tema!
Enseguida se puso colorado como un tomate.
Laura le mandó que se desnudase. Lo dijo con bastante determinación. Y él empezó a hacerlo. Cuando se quedó en calzoncillos, se quedó parado sin saber que hacer.
He traido bragas para ti. Sácate los calconzillos y ponte este par blanco con un lazo rosa.
Jimmy se quedó paralizado como sin saber que hacer.
Si no vas a hacer lo que te mandamos, te quedas sin vestidos, dijo Laura en voz alta que sonó a amenaza.
Yo pensé que Jimmy se iba a enfadar y volvería a su habitación con sus ropas en las manos, pero de repente me di cuenta de que no conocía bien a mi hermano, que preguntó:
¿Podeis salir un momento de la habitación mientras me pongo las bragas?
No seas imbecil, dijo Laura con una voz mandona y autoritaria que nunca le había escuchado antes. ¿No te das cuenta de que las bragas son semitransparente y se te va a ver la polla lo mismo. Póntelas aquí mismo delante de todas nostras.
Nunca me lo habría esperado, pero mi hermano se quitó los calzoncillos y se puso las bragas. Jean y yo no pudimos evitar unas risitas nerviosas. Nunca pensé verle la polla a mi hermano de adulto.
Pasamos una tarde bonita, haciéndole las piernas y los brazos a mi hermano, pues aunque no es muy peludo, una chica debe tener siempre su piel depilada. También le vestimos y desvestimos varias veces, le cambiamos de bragas, aunque desde el punto de vista práctico, era una cosa inútil, pues siempre le sacamos fotos vestido de mujer. Recordé que mamá tenía un par de pelucas. Cuando fui a pedirselas, estaba despidiendo a su última clienta del día.
¿Para qué quieres las pelucas?
Le hice un resumen muy apresurado. Mamá quería verlo, así que fue a mi dormitorio, donde ya parecía que había demasiada gente. Soltó una gran exclamación al ver a su hijo. Después fue a por las pelucas. Una era negra y la otra pelirroja. Le probó una primero y después la otra.
La pelirroja te queda mejor, hijo, porque tienes la piel muy clara. Estás muy guapo.
Y todos soltamos carcajadas.
¿Te atreverías a salir vestido de mujer a la calle? soltó Laura.
Jimmy quedó dudando un poco y contestó:
En este barrio no, pero en otra parte de la ciudad, si.
Entonces mi madre contestó:
Bueno, chicas, hace mucho tiempo que Mary, Jimmy y yo no nos damos un capricho. Os invito a vosotras dos también. Tomaremos una hamburguesa, unas patatas y un helado en el centro de la ciudad, o en un centro comercial. Jane y Laura, os esperamos aquí en una hora, vestidas muy sexis, bien maquilladas, en plan devora hombres. Os convido a la cena. ¿De acuerdo?
Jane y Laura se fueron entusiasmadas a sus casas. Laura se dejó toda la ropa en casa, cosa que aprovechó Jimmy para preguntarle a mamá consejo sobre que ponerse.
Si, tienes razón hijo, ese vestido de flores no es muy apropiado para salir de noche. Es bonito para ir a dar un paseo por el parque. Yo creo que estos shorts amarillos y esta blusa lila te van a sentar muy bien. Pruébate unos zapatos de tu hermana. Creo que te van a ir bien.
Cuando llegaron Laura y Jane estaban hermosas. Jimmy también estaba magnífico. Salimo las cinco chicas en el coche de mamá. Estacionó en un parking. Salimos caminando, pero Laura agarró a Jimmy por el brazo y soltó bien alto, para que lo oyéramos todas:
Con una chica tan guapa como esta, me parece que me vol a volver lesbiana.
Todas soltamos unas risas.
Aquella noche cambió la vida de Jimmy y Laura. Empezaron a salir juntos, pero como chico y chica. Laura le prestaba ropa a Jimmy y este se la ponía en casa, pero no para salir.
Cuando Jimmy cumplió los 18, se fue a vivir con Laura y su madre, Linda. En ese mismo momento, empezó a vestirse de mujer siempre, tanto dentro como fuera de casa. Como Laura iba a la universidad y Linda trabajaba muchas horas como abogada, Jimmy, que no quiso hacer ningún tipo de estudio universitario, empezó a actuar como mujer y ama de casa. Aprendió a cocinar, limpiaba la casa, lavaba y planchaba la ropa. En fin, hacía todo lo que un ama de casa de antes hacía, excepto los hijos que no tenían.