jueves, 27 de noviembre de 2014

Boda Femdom

PRIMERA PARTE

Conocí a Ernest en Internet. Afirmaba que, aunque no tenía ninguna experiencia, quería una mujer dominante para tener relaciones femdom. Le escribí un correo y quedamos para conocernos en un bar. Le dejé bien claro que si teníamos una relación, yo mandaría en todo. Él afirmó que si.

Después de unos meses conociéndonos pero sin tener relaciones de ningún tipo (yo follaba con quién quería, pero a él le mantenía en corto con un CB-6000), nos dimos a conocer a los amigos y familiares como novios y anunciamos la fecha de nuestra boda en unos meses.

Yo tengo una amiga llamada Betty, que está un poco loca y que fue mi cómplice en lo que planeé para mi despedida de soltera.

Betty tiene un bar de copas que cerró para la despedida de soltera. Después de tomar algo de alcohol y escuchar música, las diez que estábamos allí estábamos muy animados. En esto llegó el boy stripper, un negro que yo había contratado. Nadie sabía nada excepto Betty y mi novio. Pero no llegó solo, sino con mi novio. Tal como habíamos acordado Betty y yo, todo parecía salir como que yo no sabía nada y todo fue iniciativa de Betty.

En el bar de Betty hay un pequeño escenario donde a veces tocan grupos de jazz. Allí se subieron Ernest y el boy, Betty puso la música de 7 semanas y media, y empezó el espectáculo. La idea es que las chicas se dieran cuenta de la diferencia de tamaños entre el aparato del boy y el de mi novio. Mi novio llevaba un traje igual que el del boy, aunque tuvimos que contratar a una modista para que lo adaptara a su tamaño porque le venía grande. Ambos trajes, imitación de cuero, llevaban velcro para sacarselo rápido. Ernest había ensayado en su casa todas las noches y lo hizo bastante bien. Cuando se quedaron ambos en bolas, todas nosotras pudimos apreciar la diferencia de tamaño entre uno y otro.

Pero eso no fue todo. Betty saltó al escenario y, a gritos, me pidió que subiera al mismo. Llevaba un paquetito de regalo. En realidad lo había comprado hoy. Cuando subí, me pidió que abriera el regalo. Era un cb 6000 nuevo. Previamente yo le había sacado y guardado el viejo. Me hice la tonta cuando abrí el regalo, asegurando que no sabía que era y para que servía. Todas subieron al escenario admirando el regalo de Betty. Ella me explicó que el aparato servía para impedir que Ernest me engañara, incluso que se hiciera pajas a solas. Betty dijo:
Los hombres no piensan con la cabeza que tienen encima del cuello, sino con la otra cabeza, con la cabeza de la polla. Si le mantienes la polla clausurada excepto para hacer pis, le obligarás a usar la otra cabeza.
Obviamente, con la cabeza de la polla se refería al glande. Todas reimos el chiste y algunas llegaron a afirmar, entre risas, que la afirmación era completamente cierta, como si lo creyeran de verdad.

Me hice la tonta simulando que me costaba ponérselo, cuando en realidad se lo había sacado, lavado y puesto todos los domingos durante meses. Pero cuando se lo puse hubo un estallido de risas y aplausos. Hubo comentarios como "¡Ójala le pudiese poner uno igual a mi marido/novio!" y cosas de este estilo. Betty no paraba de decir: "Chicas, animaos, quizás se dejen". Yo, por mi parte, les animé a tocar el aparato, con lo que la polla de Ernest acabó más manoseada que un billete en una feria de ganado.

Y hasta  aquí lo planeado por las dos. Pero hubo una segunda parte, todavía más caliente, que no fue planificada. Y aquí está.

SEGUNDA PARTE

Al día siguiente fue la boda, tan normal como otra cualquiera. La única diferencia es que Ernest llevaba dentro de los calzoncillos un cb-6000, pero nadie se dio cuenta. Otra diferencia es que varias de las chicas me preguntaron si el novio llevaba el aparatito de ayer puesto.

Hubo una ceremonia y un convite, que acabó cerca de la una de la mañana. La gente mayor se fue, las familias con niños también, y solo quedamos la pareja de novios, mis amigas de la despedida y tres amigos de Ernest. Yo hubiera cambiado a Ernest por cualquiera de sus tres amigos, ya que eran más guapos y grandes. Debían tener unas pollas grandes, dado el tamaño de sus manos (dicen que hay una relación entre ambas).

Betty propuso ir a su bar a tomar algo de champán. Allí fuimos todos. Betty abrió el bar, entramos, cerró la puerta por dentro y empezó a abrir varias botellas de champán. Las chicas enseguida se animaron y empezaron a gritar que mi ya marido subiese al escenario a enseñar el aparato a sus amigos. Le mandé a Ernest que fuera al baño y se pusiera el traje de boy que había quedado allí de la noche anterior y que después hiciera el mismo espectáculo. Ernest puso mala cara pero no dijo nada y se subió al escenario. Así lo hizo, Betty puso la misma música, mi hubby empezó a bailar y a desnudarse al ritmo de la música. Cuando mi marido se quitó los calzoncillos sus amigos abrieron la boca de asombro al ver el aparato. Las chicas les explicaron entre risas para que servía.

Yo estaba algo mareada por el champán, pero también muy caliente. Cogí de la mano a uno de los amigos de mi marido y tiré de él hasta subirlo al escenario. Una vez arriba me arrodillé en el suelo delante de él, la bajé la bragueta, le saqué (grande y hermosa) y me la metí en la boca. La chupé con mucho entusiasmo durante unos minutos. El chico, al principio, estaba sorprendido, pero pronto empezó a disfrutar de la chupada.

Después le saqué los zapatos, los pantalones y los calzoncillos, le acosté en el suelo boca arriba y me subí encima de él. Llamé a Ernest y lo mandé colocarse a un lado de nostros dos. Me saqué el vestido y las bagas y me coloqué encima de él. Me dio una repentina idea y, en lugar de ponerme mirando hacia el amigo, me puso al revés, dándole la espalda y mirando al público. Me metí la polla en mi coño y empecé a subir y bajar mis caderas al mismo tiempo que miraba a mis amigas y a los amigos de Ernest, y tanbién a Ernest que estaba a mi derecha y que parecía disfrutar de la escena. Todos excepto Ernest grababan un vídeo o sacaban fotos.

Cuando el amigo se corrió, me salí y me senté en su tripa. Salía un chorrito de semen de mi chochito, y también salía semen de su polla, ahora flácida. Le hize una seña a Ernest para que se acercara y le susurré al oido que tenía que chupar la polla de su amigo. Hizo un gesto de sorpresa pero lo hizo. Se puso delante de mi pero le hice cambiar de lugar, porque si no tapaba el espectáculo a los espectadores. Se puso a mi derecha y bajó al pilón, como se dice en estos casos y le chupó la polla a su amigo. Después le hice chupar la tripa de su amigo donde había caido semen y después mi coño. Limpió todo muy bien con su lengua y cuando acabó, hubo un aplauso muy fuerte.

Después me vestí, agarré a mi hubby recién estrenado en esas funciones y a sus tres amigos y me fui para mi casa. No ace falta que siga contando el rsto, pues ya os lo imaginais.