Mi mujer, mi reina, mi señora, mi ama, mi diosa, vamos, mi esposa, porque me mantiene esposado a ella por un lazo invisible más fuerte que cualquier par de esposas más duras que el acero, se llama Anabel. Empezamos hace poco con nuestra relación femdom, que ella trata de diferenciar del sado. Todos los días salimos a correr los dos juntos. Los sábados y domingos, que tenemos más tiempo, salimos a correr por un parque no muy lejano de casa. De vuelta en casa, ella me obliga a desnudarla, se echa en el sofá y pone los pies sobre el un pub que tenemos en casa. Sabemos que están un poco anticuados, pero son de los más cómodo para descansar los pies. Yo me arrodillo delante de ella y empiezo a lamerle los pies. Meto bien mi lengua entre sus dedos, me introduzco los dedos uno a uno en la boca, le lamo la planta del pie y el talón. Primero con uno y después con el otro. Después, sin levantarse del sofá, ella se incorpora un poco y yo me arrodillo a su lado y le lamo los sobacos. Por último, le lamo su kiki y le hago un cuni que se muere de placer. Después vamos a la ducha. Yo tengo la dura faena de enjabonarle todo el cuerpo, hasta sus partes más íntimas. Después la seco con una toalla. Después me obliga a ducharme arrodillado en el suelo de la ducha mientras ella me observa desde fuera. Es mucho más incómodo que hacerlo de pie. Después me seco y acudimos al dormitorio donde me encargo de vestirla. Yo la visto como si fuese una bebé. Le pongo sus bragas, su sujetador, su ropa para salir. Después la maquillo (ella me enseñó como hacerlo), le pinto las uñas de los pies y de las manos. Por último me pone mi jaulita para el pene. Después se va con su novio a cenar y a tomar una copa. Suelen volver a casa entre las 1y las 2 de la noche. Yo, que mientras tanto he cenado en casa, paso un par de horas mientras ellos dos follan en nuestro dormitorios. Andrés se porta bien conmigo y nunca se burla de mí. Es Anabel la que le gusta burlarse de mi, comparar los penes de los dos. Por supuesto, el suyo es bastante más grande que el mío.