jueves, 30 de octubre de 2014

Las hijas del pintor

http://www.asstr.org/files/Collections/Old_Joe%27s_Collection/
http://www.asstr.org/files/Collections/Old_Joe%27s_Collection/Femdom/The_Painter%27s_Daughter/
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"Si tienes algún problema, Tom, sabes como contactar conmigo," dijo mi esposa mientras la besaba en la mejilla en el hall de salidas del aeropuerto.

"Sube al avión, Margo," disimulaba, "ya soy un chico grande, me las arreglaré sólo."

Le dije adios con la mano conforme ella iba bajandola rampa. Era sábado y ella iba a la casa de su hermana a ayudar con su bebé durante dos semanas.

Había tres cosas buenas sobre su viaje. La primera es que me iba a encerrar en mi guarida para trabajar en el programa que estaba desarrollando. En segundo lugar, contratamos a un pintor, el marido de la mejor amiga de mi esposa en el trabajo, para pintar el resto de la casa mientras los dos estábamos fuera de su camino para no molestar. En tercer lugar, podría organizar micolección de revistas.

Mi esposa y yo siempre hemos tenido una vida sexual saludable, y ya estaba caliente antes de que su avión despegara. De camino a casa paré en un quiosko y compre un par de revistas porno. Margot sabe que compro este tipo de revistas pero prefiere ignorarlo y no hablar del tema. No quiere ni verlas, así que las guardo en un cajón de una cómoda que está en mi estudio, donde ella nunca mira. De hecho, en el reparto de las tareas del hogar, yo limpio mi estudio y ella apenas entra en él. Es algo así como si fuera territorio enemigo.

Ahora tenía dos semanas enteras para disfrutar de este tipo de revistas a placer. Sin embargo, mis gustos habían cambiado un poco. Ahora me gustaban las revistas de hombres vestidos de mujeres y dominación femenina, aunque solo eran un pasatiempo para mi y no pensaba en absoluto llegar a ese extremo.Me encantaba ver hombres vestidos con ropas sexis de mujeres. Nunca había intentado vestirme con la ropa de Margot temiendo en que ella me pillara. Pero ahora que iba a estar solo un par de semanas, pensaba hacerlo por la noche, cuando el pintor se hubiese marchado.

Por otra parte, creía que Margot estaba enamorada de mi por mi autoconfianza y mi determinación como hombre. Pensaba que si le ofrecía mi verdadera personalidad, ella me dejaría.

Margot no se había llevado toda su ropa de verano y sus zapatos, así que podía vestirme con su ropa. Y así lo hice. Disfruté de unas solitarias horas de cross-dressing. Me hice una paja y me acosté con la ropa interior de Margot.

-=o=-

El pintor llegó puntual a las ocho de la mañana del día siguiente. Descargó todos sus útiles en el garaje, ya que había espacio vacío sufienete allí. Empezó a pintar allí mismo, en el garage, pero al poco empezó a sentirse mal, fue al baño, y allí vomitó. Me pidió perdón por ello, porque lo pactado es que pintaría la casa en dos semanas. Si mañana no me encuentro mejor, enviaré a un sustituto. Y se fue.

-=o=-

Al día siguiente, a las ocho en punto, sonó el timbre de la puerta. Miré por la mirilla y vi a una chica joven. Abrí la puerta y vi que era joven, de unos 18-19 años. Era guapa de cara y tenía un buen cuerpo. Llevaba unos pantalones cortos de color rosa, una camisa blanca sin mangas (en realidad le habían cortado las mangas), una gorra rosa y una zapatillas livianas como de tenis. Toda su ropa y las zapatillas estaban manchadas de pintura. La ropa ajustada dejaba transceder un cuerpo adorable con curvas. Me quedé sin habla hasta que ella rompió el silencio:

"Buenos días. Soy Linda, la hija de Bob, el pintor."

Seguía sin saber como reaccionar, hasta que al fin pude decir que yo había contratado a Bob, no a su hija.

"No es cierto. Tenemos una sociedad con la que firmastes el contrato, una sociedad llamada Bob Miller Painter SA. Mira la camioneta que tengo aparcada en la acera. Ves que pone el nombre de la empresa y el logotipo. ¿Te suena ahora de algo? De todos modos, si tiene alguna duda, puede leer su copia del contrato. Pero usted tenía mucha prisa y en el contrato especificó que tenemos dos semanas para pintar la casa. No es costumbre de nuestra firma incumplir los contratos. Somos una empresa muy seria."

Por supuesto que si. Cuando firmamos el contrato, yo estaba pendiente de detalles como el precio, las especificaciones del contrato y otras asuntos, pero no me fijé mucho en el nombre. Pero lo cierto es que Bob había venido el día anterior con la misma camioneta que estaba ahora aparcada frente a mi casa. Así que me hice a un lado y la dejé entrar. Ella llevaba una mochila en la espalda. Entró con aplomo y seguridad, y esa actitud me encantó enseguida. Le dije que su padre había descargado todo en el garaje y que había empezado por allí mismo a pintar. Le indiqué el camino. Cuando llegamos, miró por encima todas sus herramientas y la pintura, se sacó la falda de la camisa de los shorts y se la subió un poco y se hizo un nudo a la altura de sus costillas bajas, Era delgada y se le marcaban un poco las costillas. No llevaba sujetador. Era un día caluroso, por lo que era normal que pretendiera llevar la mayor parte del cuerpo desnudo, pero yo no estaba preparado para ello y me quedé mirándola como un niño que mira un escaparate lleno de golosinas o juguetes. Me pidió levantar la puerta del garage para que entrara un poco de aire fresco. Le dije que podía hacerlo.

"¿Vas a estar todo el día parado mirándome?"

"No, por supuesto que no," dije, y salí de allí humillado. Fui a mi estudio a trabajar pero no podía concentrarme. Apenas pude hacer nada. A mitad mañana fuí al garaje y le pregunté si quería un poco de agua fresca, o un refresco. Ella estaba subida a un tablón de madera sobre un pequeño andamio regulable en altura. Estaba pintando la parte alta de una de las paredes.

"Mejor una cerveza fresca, si tienes."

"Por supuesto. Enseguida vengo."

Volví con dos cervezas y le di una a ella. Ella no bajó del andamio, simplemente se sentó en él. Por ello, su cabeza quedaba por arriba de la mía. Abrimos cada uno su lata y bebimos un trago. Era el momento de hablar de algo, que es lo que había pretendido con la invitación.

"Conozco el nombre de tu padre, pero no el tuyo."

"Yo si conozco el tuyo, por el contrato. Te llamas Michael."

"En confianza, llamamé Mike."

"Bien, Mike. Mi nombre es Linda."

Vino un embarazoso silencio de unos segundos. Para romper el hielo, ella dijo:

"Mike, ya sabes a que me dedico, pero yo no sé a que te dedicas tu."

"Soy programador. Estoy escribiendo un programa. Yo también tengo mis plazos que cumplir, Además me he comprometido con dos programas más, así que decidimos mi esposa y yo contratar a un pintor. Ella estará fuera durante dos semanas así que decidimos que sería mejor pintar en este plazo. Ya sabes como sois las mujeres, os gusta el orden y la limpieza."

"A mi no me incluyas en ese tipo de mujeres. Ser pintor y ser una maniática de la limpieza es un poco contradictorio."

Dimos por concluida la charla, cogí las dos latas de cerveza y me las llevé a la cocina y las tiré al basurero. Volví a mi despacho.

Al mediodía cociné algo para mi. Cuando estaba comiendo vi que ella estaba sentada en un murete de nuestra casa comiendo un sandwich. Le saludé con la mano y ella me devolvió el gesto. Después de fregar los platos, fui al garaje y no estaba allí. Miré en el cuarto de la lavadora y vi que allí estaban los pantalones cortos de color rosa, su camisa blanca y su gorra. También vi la bolsa que llevaba cuando vino abierta y vacía. Seguramente había traido ropa para salir. Pensé que se había ido a casa de su novio o algo así. Tuve la idea más loca de mi vida. Salí a mirar la camioneta y no estaba allí. Fuí a la alcoba y me desnudé y me puse bragas y sostenes de Margot. Volví al cuarto de la lavadora y, sin pensarlo, me vestí con su ropa. Yo soy de contextura delgado y, aunque su pantalón rosa me venía un poco justo, escondiendo la tripa me lo pude poner. Tambiém me puse su camisa blanca con el nudo por debajo de mi pecho.

Fui a mi estudio y cogí mis revistas. Fue al salón, miré las revistas de dominación femenina y me hice una paja. Como la noche anterior me había acostado tarde y había madrugado ese día, al hacerme la paja me relajé, me solté el botón de pantalón que no me dejaba respirar y me quedé dormido en el sofá. Esa fue mi gran equivocación.

Un tiempo más tarde oi que alguien me llamaba por mi nombre: "Mike, Mike". Me desperté y allí estaba Linda, mirándome con cara de asombro. Me miré y vi que estaba vestido con las ropas suyas de pintor. Obviamente había enrado por la puerta del garaje que yo había dejado abierta.

Me levanté aterrorizado y sin saber que decir, pero ella si que tenía algo que decir.

"Me parece que mi pantalón te viene un poco apretado, ¿no?"

"Perdona, disculpa, pero no me importa que te vistas de mujer. Al parecer hay algunos hombres que les gusta. Y yo no me opongo," dijo con una amplia sonrisa. No sé porqué pero allí mismo, delante de ella, me quité su short y su camisa y me quedé vestido con la ropa interior de mi mujer. Ella se acercó a mi y tocó la tela de las bragas y del sujetador por el borde, evitando el contacto muy intimo entre sus manos y mi cuerpo. Las bragas y el sujetador eran semitransparentes y muy ajustadas, por lo que se veía mi polla, que estaba poniéndose dura otra vez.

"Tu mujer usa ropa interior muy fina y muy cara. Me gusta."

Metió su mano derecha en las bragas y sacó mi polla, que ya estaba toda dura. Era la cuarta paja en tres días, así que me costó eyacular, pero cuando lo hice, cayó todo sobre la mesita de centro.


martes, 28 de octubre de 2014

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Mi vestido de novia

Me casé con Susana cuando ella tenía 23 y yo 25. Susy, como la llamamos, es la mayor de cuatro hermanas y su padre falleció. Después de la boda y al regreso del viaje de novios, un sábado por la tarde de principios de verano acudieron a casa la mamá y las tres hermanas de Susi, que por orden de edad, son: Norma, 21 años; Estela, 19; y Erica de 16 años. La mamá también se llama Susana, así que para no confundirla la llamaré mamá o suegra.

Las cinco las mujeres tienen un cuerpo parecido: altas, delgadas y con poco volumen pectoral. Y el motivo de la visita era probarse el vestido de novia que Susi lució en la boda, hacerse fotos y subirlas al feisbuk. Las 5 mujeres se fueron muy sonrientes para la alcoba de matrimonio, donde Susi guardaba el vestido de la boda.

A los pocos minutos apareció la madre vestida con el vestido. El vestido le sentaba bien de cadera, pero la espalda le venia un poco pequeña. Tuvieron que ajustar con unas gomas elásticas que, como todos sabemos, son de un color parecido a la carne. Pero con este pequeño ajuste, por delante, le sentaba divino. Bueno, un poco más largo que a mi mujer, pero es normal que las hijas sean más altas que sus madres.

Después, por orden de edad, se lo probaron las tres hermanas. A ninguna de ellas le tuvieron que hacer ningún ajuste. A las tres les sentana divino el vestido.

Cuando Erica se iba a la alcoba a quitarse el vestido, yo exclamé:

"¡Esperad, ahora falto yo!"

"¡Cómo!", fue la exclamación general de las cinco mujeres.

"Si, yo también quiero ponérmelo."

"¡Pero si tú no tienes tetas," exclamó una, no recuerdo cual.

"¡Y qué! Las cinco teneis las tetas pequeñas. Con un par de pañuelos arreglado."

Enseguida hubo un arrebato de entusiasmo entre las chicas. Empezaron a palmotear y a sonreir. Fuimos los seis a la alcoba y Erica empezó a desvestirse. No le importó quedarse en paños menores delante de su cuñado. Ni a su madre tampoco le importó, así que cuando se quitó el vestido, yo me desnudé y me quedé en paños menores. Miré hacia abajo, me vi en calconzillos boxer, vi el delicado vestido de novia tendido encima de la cama de matrimonio y me dije para mis adentros: "Esto no cuadra."

"Saca la ropa interior que llevabas el día de la boda," le dije a mi esposa. Me miró con una cara de sorpresa pero enseguida abrió un cajón y sacó la ropa inteior.

Mi suegra reaccionó rápido y dijo: "Chicas, salgamos que Juan tiene que cambiarse la ropa interior." Hubo un murmullo de desaprobación entre mis cuñadas. "No os vayais," dije yo."Para lo que hay que ver." Y al mismo tiempo que decía esto me quitaba los calzoncillos y me puse las bragas. Después mi suegra me ayudó a ponerme el sujetador porque no tenía práctica en hacerlo yo en hacerlo por mí mismo y me colocó unpoco de algodón. Después me puse las medias y el ligero. Al ser el más alto las medias me quedaban un poco bajas. Aunque no soy muy peludo y el pelo de mis piernas no es muy oscuro, se notaba bastante de cerca. Así que me saqué las medias y las chicas me depilaron. "Nunca fue caballero por damas tan bien servido...", pensé. Por fin me puse el vestido.

Al ponerme el vestido noté una emoción muy fuerte al sentir el contacto de la fina tela con mi piel. Desde adolescente siempre había sentido el deseo de vestirme de mujer. pero lo rechazaba con bastante facilidad. En aquel momento vestido con aquel vestido, sentí una emoción inexplicable. Es una sensación sublime, divina, bellísima. Como después me recordó Susi, sonreía como un tonto, como un niño ante un juguete nuevo.

Después vino la sesión de maquilaje. Mi suegra tenía en su casa (ahora están en la mía) tres pelucas. Se fue corriendo a por ellas. Cuando regresó, hubo una discusión sobre cual me sentaba mejor. Al final tuve que decidir yo y elegí una de pelo negro y media melena.

Después me sacaron fotos. Norma dijo; "Las voy a subir a mi feis." "Ni se te ocurra," dijo Susi. Pero yo intervine: "¿Por qué no". "Las puede ver tu jefe. Recuerda que tienes a tus compañeros en tu feis y se van a chivar a tu jefe. Te puede despedir."

El argumento parecía contundente. Pero mi suegro es un ogro y mi trabajo es muy malo y muy mal pagado. Y mis compañeros horribles. Susi me agarró de la mano y me llevó al dormitorio. Empezamos una discusión a gritos. Bueno, ella gritaba y yo callaba.

"Si me despide mi jefe no hay problema. Buscaré un trabajo."

"En plena crisis y con casi 5 millones de parados."

"Bueno, ¿y que problema hay? El piso es de tu madre, no tenemos hipoteca ni préstamos y tu ganas casi 1.500 al mes."

"Y si me despiden..."

"No te pueden despedir. Ya hubo una reducción de plantilla y te consevaron el puesto, a pesar de que ganas bastante. Despidieron a otros empleados que ganan menos que tu y a ti te dejaron. Eres muy buena en tu trabajo. Eres capaz de venderle un aire acondicionado a un esquimal."

Mi mujer, que estaba sentada en el borde de la cama, sonrió. Después de un rato pensando, dijo:

"Bueno, lo acepto, pero con una condición ineludible. Tienes que cumplirla a rajatabla."

"¿Cual es?"

"Te he visto sonriendo cuando estabas vestido de mujer. No sabía que te gustaba ir vestido de mujer. Lo tenías muy escondido. Ya que te gusta tanto ir travestido, cuando estes en casa, tienes que ir vestido de mujer."

Lo pensé un minuto y contesté:

"Acepto el trato."

Entonces dijo a mi mujer: "Bueno, chicas, ya podeis entrar." Y entraron las cuatro a mansalva, atropellandose las unas a las otras."

Dirigí la cara hacia mi mujer. "¿Sabías que estaban escuchando detrás de la puerta.?" "Claro, las conozco como si las hubiese parido."

"Escuchad, si te despiden, que seguro que te van a despedir, yo te pago 100 euros al mes si vienes a limpiar el piso tres veces a la semana, pero si vienes vestido de mujer, te pago 300," dijo mi suegra. 

Mi suegra, además de una buena pensión de viudedad, tiene 6 pisos en alquiler.

"Aceptamos," dijo mi mujer.

Hubo una alegría general.

Al día siguiente en la oficina, todo era sonrisas, comentarios y cuchicheos. Una hora antes de la salida, mi jefe me hizo llamar al despacho:

"Sánchez, ya puede coger sus cosas e irse. Está despidido. Venga mañana a por el cheque del finiquito y de los días trabajados este mes."

sábado, 25 de octubre de 2014

Mama feminista

Esta es una carta de Sandy.

Mi madre es una feminista que no cree en el matrimonio. En su lugar, ella cree que los hombres deben ser, en primer lugar, proveedores de una buena base genética y después, unos buenos progenitores. Así que ni mi hermana mayor Leslie ni yo tenemos la menor idea de quienes son nuestros padres respectivos, ni siquiera si son el mismo. Cuando nació mi hermana, mamá no quiso que su vida estuviera limitada por las opciones de género, así que decidió criarla y educarla en un especie de educación unisex. Les tenía el pelo cortado de un modo que fuera propio tanto de una niña como de un niño, y vestía ropas que, en su mayoría, dejaban su género en dudas. Mamá siempre la presentaba como "mi Leslie."
De otro lado, mamá no quería que mi hermana se perdiera el tacto suave de los vestidos delicados, así que le compró varios vestidos glamurosos confeccionados con las mejores y delicadas telas, pero que Les, al principio, solo se ponía en casa.
Cuando nací 5 años más tarde, mamá no veía motivos para criarme de otro modo, a razón de lo satisfecha que estaba con la educación de mi hermana. Yo usaba la ropa vieja de mi hermana, incluido mallas y tops, que eran muy femeninos para un chico pero muy masculinos para una chica. Mamá me enseñó desde muy niño a hacer pis sentado para no manchar mi ropa. Cuando estábamos en casa también me ponía los vestidos bonitos de mi hermana que a ella ya le quedaban pequeños. Por supuesto también me compró algo de ropa, pero no tanto como a mi hermana. En alguna ocasión nos compraba dos vestidos iguales pero cada uno de la talla de una, así que ibamos vestidos igual las dos. Algunos fines de semana jugábamos y nos vestía a los dos igual, con maquillaje, lazos, pintura de uñas. Lo pasábamos muy bien los tres.
Poco a poco mamá empezó a sacarnos a la calle y la gente le decía lo guapa que éramos las dos. 
No íbamos a la escuela pública, sino que mi hermana y yo teníamos una profesora particular llamada  Mary, que nos enseñó, entre otras cosas, historia y literatura pero vistas desde un punto de vista feminista, como por ejemplo, haciendo énfasis en la literatura de autoras. Mary y mamá se convirtieron más tarde en amantes.
Nuestros juguetes eran muñecas y juegos de construcción, pero nunca juguetes bélicos.
Cuando llegué a la pubertad, Mary y mamá me dijeron que ya no quedaría guapa llevando vestidos. Me llevaron a un médicoque me dio hormonas y bloqueadores de los estrógenos suficientes como para continuar teniendo un aspecto andrógino, pero no demasiados como para borrar las necesidades de mi sexo masculino.
Cuando tenía 16, mamá me presentó a Joan, una chica de 18 que era hija de una amiga de mamá de sus tiempos de la universidad. Joan era muy guapa y tenía un cuerpo fabuloso, pero era muy tímida con los chicos. Como yo venía a ser una cosa intermedia entre chico y chica, enseguida intimamos y nos hicimos amigos. Como Joan iva a empezar a estudiar en una universidad de otra ciudad, no nos veíamos frecuentemente salvo en navidad y verano y alguna corta escapada de ella. Cuando acabé mi secundaria, mamá me apuntó a un curso de cocina. También me enseñó algunas cosas que una chica debe conocer, como coser un botón, hacer el bajo de un pantalón y cosas similares.También me compró una máquina de coser y me apuntó a un curso de corte y confección que daba una vieja bastante mayor como complemento para su escasa pensión.
A Joan le gustaba que yo fuera más femenina, así que empezó a maquilllarme e insistió en que me dejara el pelo largo. "Con lo guapo que eres, vas a estar bellísima cuando vistas totalmente de mujer." Y así fue. Mamá y Mary estuvieron de acuerdo, así que desde aquel día me parecía todo lo que podía a una mujer. Y la verdad es que viendo las fotos de aquella época, es cierto que estaba muy bien. En eso estaban todas de acuerdo: mamá, Mary, Les, Joan y su madre.
Mamá insistió (y su amiga, la mamá de Joan, estuvo de acuerdo) en que nosotros dos no debíamos de tener relaciones sexuales antes de la boda. "¿Boda, que boda?" dijímos los dos casi al unísono, teniendo en cuenta de que nos conocíamos de dos semanas nada más. "Bueno, los dos estais hechos el uno para el otro. Os llevais muy bien," dijeron las dos pero con otras palabras. ¡Apenas nos conocíamos menos de un mes y ya nos estaban casando! Pero no nos opusimos ninguno de los dos.
Mamá me compró un artilugio de castidad para el pene con un candado, pero las llaves las guardaba Joan. Partió para la universidad en septiembre, y cuando vino en diciembre para Navidad estaba muy cambiada, mucho más suelta.
Cuando pudimos estar a solas (recuerdo que era en su dormitorio) me contó que había tenido relaciones sexuales con tres chicos de la universidad. Me contó que al principio le costó mucho hacerse a la vida universitaria por su timidez, pero como los chicos la perseguían mucho, decidió perder su virginidad.
Yo le pregunté un poco compungido si ya no éramos novios, pero ella me contó que habló con su madre, que ella le dijo que hablara con la mía, y mamá le llamó a Joan y le dijo que no veía ningún problema en que una chica tuviera relaciones con otros chicos antes del matrimonio, pero que yo iba a continuar virgen hasta la misma noche de bodas. "O más tarde, hasta el día que tu elijas. Tu decides". Esa aseveración de mamá le encantó a Joan. Le dijo a mamá que se sentía una mujer verdaderamente libre.
En el verano siguiente, Joan tuvo relaciones con otros chicos, pero conmigo solo tenía relaciones sexuales pero sin sexo completo, ni tan siquiera eyaculación mía, pues hasta que no obtuvo el título y el postgraduado, nunca me quitó ni una sola vez el artefacto de castidad.
Aquel mismo verano en que ella obtuvo el posgraduado, nos casamos. Ella tenía 24 y yo 22. En la noche de bodas me quitó el artefacto de castidad, seis años enteros con dicho aparato sin quitármelo ni una sola vez. Pero para sorpresa de ambos, mi polla se había encogido. Y ya no se me ponía tiesa, aunque lo intentamos un buen rato. Así que me tocó hacerle una cuni, caricia que le encantaba.
Al día siguiente miramos en internet y descubrimos que el aparato de castidad era para usarlo en cortas temporadas, de lo contrario producía los efectos que he descrito. Joan dijo:

"A mi no me importa. Voy a tener igual todas las pollas que quiera. Y más grandes que la tuya."

Me puso un aparato nuevo que nos había regalado mamá. A la noche siguiente ya estaba follando con otro.
Tuvimos tres hijos, dos varones y una niña, que reciben una educación similar a mi mia y a la de mi hermana. Por cierto, mi hermana también se casó, con otro tonto como yo. De hecho Joan y Les comparten amantes, y a veces incluso follan juntas (en la misma cama pero cada una con el suyo). Y además, Jimmy y yo tenemos que observar a mi hermana y a mi mujer follar con dos sementales de verdad.
La primera vez que Les se desnudó delante de mi para follar con su amante, tanto a ella como a mi nos dio un poco de vergüenza. Es normal entre hermanos, pero ya nos hemos acostumbrado los dos.
Por cierto, Les también parió tres hijos, dos niñas y un niño, pero ninguno de Jimmy. En eso somos iguales.
Todos tenemos un nivel de felicidad bastante aceptable. Los niños son felices también. Al final eso es lo que importa.